pamplona. Si hace dos semanas Osasuna se encontraba en posiciones de descenso y con la imperiosa necesidad de tener que afrontar los cinco partidos que restaban como si fueran finales, las dos últimas victorias logradas ante Valencia y Real Zaragoza han permitido al equipo cambiar el registro y aunque la permanencia se sigue encareciendo por momentos, los rojillos se han ganado a pulso la posibilidad de disfrutar esta noche en el Reyno ante el Sevilla de la primera oportunidad real para dejar la permanencia casi atada.
A estas alturas del curso es difícil que nadie pueda pensar en relajarse. Ni tan siquiera los equipos como el Sevilla, que llegan a este sprint final con la temporada medio resuelta, se pueden permitir bajar el pistón si no quieren pasar el trance que a los andaluces les tocó vivir en el Sánchez Pizjuán la semana tras los seis roscos que les endosó el Real Madrid, pero cuando la salvación está en juego no hay estímulo que funcione mejor.
Son esos partidos que el rival tiene que saber desde el pitido inicial quién es el que se la está jugando de verdad, con moderación, sin perder nunca los nervios, sin descanso, aunque a la vista de cómo le han marchado las cosas al equipo en los dos últimos partidos -en los que además tuvo que saltar al césped sabiendo los resultados del resto de los rivales implicados esta lucha por la salvación- el panorama se presenta esperanzador.
Es la tercera de las cinco finales que Osasuna debía abordar en este desquiciado final de temporada tras complicarse la vida de mala manera con esas cuatro derrotas seguidas del mes pasado visto. Que los jugadores de José Luis Mendilibar han estado a la altura en las dos anteriores no lo duda nadie, sobre todo sus rivales más directos. Primero ante el Valencia y el domingo en La Romareda, con la dificultad añadida de hacerlo ante una grada que ansiaba ver a los rojillos pidiendo clemencia en la arena, Osasuna dispone de mayor margen del que había hace cinco jornadas, pero una vez comprobado el hacinamiento de equipos en la parte peligrosa de la tabla, lo más conveniente es hacer los deberes cuanto antes.
El comportamiento dado por el equipo cuando la situación lo requería es el mejor argumento que presentan los de José Luis Mendilibar para enfrentarse esta noche al Sevilla y afrontarlo con un leve colchón con los puestos de descenso supone un merecido descanso para las taquicardias pasadas estos dos últimas jornadas.
Ya se sabe que con Osasuna no hay pronóstico que valga, pero el subidón anímico que supuso para el equipo -y no digamos para la afición- la remontada ante el Zaragoza debe ser el catalizador que permita ese acelerón final.
las razones, sobre el campo Mendilibar se ha quejado, y con razón, de la locura del calendario organizado por la LFP, que va a obligar a los equipos a jugarse la temporada -y en algunos casos la supervivencia- en dos semanas con tres partidos, como si no hubiera fechas durante el año para no tener que apurar tanto. Pero todos andan igual y aunque el vizcaíno apenas ha tenido tiempo para preparar el encuentro, no tiene pinta de que vaya a variar mucho con respecto a lo que tan buenos resultados le ha dado en este tramo decisivo. Va a tener la baja de un jugador clave en su esquema como el persa Nekounam, que el domingo vio su quinta amarilla, lo que puede dar opciones a Soriano o Vadócz, o ambos a la vez si decide colocar al húngaro como media punta tras el excelente partido que cuajó en La Romareda.
En cuanto al Sevilla, la verdad es que llegan muy tocados, y no solo por la goleada que les endosó el sábado el Real Madrid, sino por las ausencias que presentará en el Reyno. Gregorio Manzano, para quien ya andan buscando recambio, tiene a cinco titulares lesionados (Cáceres, Alexis, Fernando Navarro, Navas y Rakitic), tiene la duda de Perotti y pierde por sanción a Romaric. Muchas bajas para un equipo discreto durante gran parte de la temporada, pero que mantiene sus opciones europeas intactas pese a la dolorosa derrota en casa. Si ganan en Pamplona y el Espanyol pierde los nervionenses se asegurarían al menos la séptima plaza que da derecho a jugar la Liga Europa la temporada que viene, por lo que no conviene dar nada por sentado con ellos.
El Reyno, que no olvida fácilmente los tensos partidos vividos no hace mucho tiempo contra los sevillistas, volverá a llenarse esta noche. La afición sabe que el partido comienza a jugarse en la grada y acaba en el campo. El binomio no debe fallar y menos ahora, cuando una salvación anda en juego.