pamplona. Le dijeron antes de aplicarle la anestesia que sus compañeros ya habían reducido la desventaja con el Sevilla y que se relajara. Cuando despertó le comunicaron que su lesión era mucho menos importante de lo que parecía y que el equipo había conseguido ganar el partido. No es complicado imaginar la alegría inmensa que sintió. Ahora ya descansa en su domicilio, pensando en volver a entrenar en cuanto le dejen, y con la duda de saber si el año que viene seguirá en Pamplona o volverá al equipo que le cedió, el Betis, que se encuentra a un paso del ascenso a la Primera División.
¿Qué pensó al ver su tobillo doblado completamente?
Pensé lo peor cuando me vi en el suelo, que era una lesión muy grave. Me quedé muy triste y me acordé de las dificultades que pasé al comienzo de la temporada para poder jugar en esta plantilla y con las cosas que están pasando ahora, que el equipo está bien y yo también, me pasa esto. Pero podía haber sido peor.
Las imágenes en el televisión fueron ciertamente espeluznantes. Se le vio ponerse una toalla sobre la cabeza, como si no quisiera mirar.
Nunca me había pasado algo así y la verdad es que me asusté. No quería aceptarlo, no quería saber nada, ni oír nada. Estaba muy mal, porque yo solo sé lo que me ha costado llegar adonde estoy y no quería terminar la temporada de esta manera. Por mucho que no haya sido tan grave, la lesión me dejó muy frustrado, pero esto no acaba aquí y ya estoy con la idea de recuperarme cuanto antes.
¿Cuándo se enteró del alcance real de la lesión?
Después de las pruebas que me hicieron en la clínica. Ahí me dijeron que era menos grave de lo que parecía en un principio, que habían dicho que podía ser rotura del peroné. Nada eso. Fue una luxación y no hizo falta que me operaran. Por eso estoy feliz.
¿Fue consciente cuando le retiraron del campo en camilla de los gritos de ánimo de la afición?
Sí que oí cantar mi nombre en el estadio y sinceramente estoy muy agradecido por la forma que la afición de Osasuna me ha tratado. Era normal que al principio no me conocieran, pero creo que ahora ya me conocen. Estoy muy feliz en Osasuna, feliz con esta afición. Quiero dar las gracias a todo el mundo, a mis compañeros, por cómo se ha portado tras lesionarme.
Salió del estadio en ambulancia con el equipo perdiendo 0-2. ¿Cuándo supo de la remontada?
Cuando estaba en la clínica, a punto de entrar a la sala de operaciones, me dijeron que Osasuna había marcado el primer gol y luego me aplicaron la anestesia. Al despertarme me comentaron que habíamos ganado y me acordé de mis compañeros, de la gente que estaba en el estadio. Todos nos han apoyado y creo que todo el mundo estará muy contento.
¿Dónde cree que está la clave para explicar lo sucedido en estos tres últimos partidos en los que Osasuna ha demostrado su fortaleza mental y física?
Creo que en la unidad que hemos tenido como grupo, somos muy fuertes, sobre todo en casa, y la afición también ha sabido darnos ese ánimo que hace falta. Ante el Sevilla se pudo ver perfectamente, ya que la afición fue muy importante para que pudiéramos remontar el resultado.
¿Pudo ser el del miércoles contra el Sevilla su último partido vistiendo la camiseta de Osasuna?
Puede ser que sí, puede ser que no. No sé lo que piensa Osasuna, ni lo que piensa el Betis. El futuro no depende de mí, pero lo que quiero dejar claro es que estoy muy feliz aquí en Osasuna y me gustaría seguir aquí.
¿Ha recibido muchas visitas para interesarse por su estado?
He tenido muchas llamadas y ayer a la noche (por el miércoles) vinieron a verme después del partido a la clínica San Miguel Lolo, su mujer y Camuñas. Esa es una demostración más de lo que decía antes sobre el compañerismo que hay en este equipo. Otros me llamaron y hoy (por ayer) van a venir a verme a casa.