pamplona - Después de unos días de tregua, sin citaciones al menos públicas, pero con diligencias en continuo trámite, el titular del Juzgado de Instrucción 2 de Pamplona reanudó ayer la toma de declaraciones a los imputados del caso Osasuna con la presencia del exresponsable de la junta gestora rojilla, Javier Zabaleta. Sin embargo, el magistrado no quiso escuchar solo al que fuera presidente durante cinco meses del club sino que incluso le sometió a un breve careo con el exgerente de Osasuna Ángel Vizcay, al que también había citado ayer por la mañana. Precisamente, las declaraciones de Vizcay en sede judicial en el inicio de su imputación fueron uno de los principales motivos que llevaron a Zabaleta ayer a tener que dar explicaciones acerca de si conocía algo de las salidas de dinero irregular.

Un último pago, que ascendía a 375.000 euros, que se contabilizó a finales de junio (cuando Archanco ya había abandonado la presidencia de la entidad y la gestora empezaba a tomar el mando del club) y que tenía como destinatario la sociedad Flefield, radicada en Madeira (Portugal) salpica a la gestora que presidía Zabaleta, a cuya época Vizcay atribuyó la posible confección de los documentos que vinculaban a Osasuna con la sociedad portuguesa, a cuyo nombre se justificó la salida de 1,4 millones de las arcas rojillas. Al juez le interesaba ayer conocer al respecto la opinión del exgerente y del que fue responsable de la gestora, cuyas versiones acabaron enfrentadas después de que Vizcay asegurara que Zabaleta era conocedor de esa falsa justificación de pagos. Este, sin embargo, negó que conociera ninguna de esas actuaciones, ni la que tenía que ver con la firma portuguesa e igualmente se desvinculó del conocimiento acerca de la devolución de 125.000 euros por el préstamo que, al parecer, había realizado un familiar del exdirectivo Purroy, otro de los imputados en este caso. A pesar de su manifestación exculpatoria sobre los hechos el caso es que Javier Zabaleta continúa imputado por el magistrado, en este caso, por un delito de falsedad documental. A avivar las sospechas precisamente sobre esto contribuyó también recientemente el presidente de la Federación Navarra de Fútbol, José Luis Díez, que realizó unas declaraciones a Radio Pamplona-Cadena Ser en las que afirmó que Osasuna tenía que haber comenzado la temporada en Segunda B porque la gestora presentó ante la LFP unas cuentas que sabían que eran falsas. Eso, desde luego, tampoco le ayuda.

Cabe suponer, como ha venido manifestando en los últimos tiempos, que Zabaleta negó además, de su vinculación con la confección de esos documentos de pago, cualquier autorización para que se efectuaran salidas de dinero de la entidad. Porque tal y como ha remarcado en otras ocasiones, el que fue responsable de la junta gestora de Osasuna no dispuso de firmas o poderes para poder realizar operaciones económicas en el club al cabo de varias semanas después de que ingresara en el mismo. Decía que solo el exgerente Vizcay, y quizás Ángel Ardanaz, poseían autorización para los movimientos que se realizaban. A partir de ahí, con su llegada in extremis al club y con la obligación de presentar unas cuentas viables ante la Liga de Fútbol Profesional (LFP), así como de hacer frente a los pagos a jugadores que reclamaban lo suyo, Zabaleta dijo que daba buena fe a la contabilidad que le ofrecían sus predecesores y que la gestora se puso manos a la obra a trabajar para que Osasuna pudiera iniciar la competición en Segunda División.

las firmas El juez volvió a exhibir documentación tanto a Vizcay como a Zabaleta sobre los documentos en cuestión para saber si alguno reconocía su firma en los papeles, aunque no consta que ninguno de ellos viera reflejada su firma en los contratos y pagos que se cuestionan. Lo único cierto es que el contrato de Flefield fue hallado en el análisis que se realizó del ordenador que utilizaba Ángel Vizcay y que, igualmente, el dinero que supuestamente había prestado el familiar de Purroy fue descubierto después de que apareciera una serie de anotaciones en el domicilio del exgerente, que hacían referencia a esas devoluciones y que estaban también vinculadas con un encuentro, el Osasuna-Sevilla, de la temporada 2012-13, partido sobre el que parece no recaer sospecha de amaño porque se da por hecho que la cantidad prestada (600.000 euros) no fue finalmente entregada a su destino.

Casi 4 horas de declaraciones. Aunque el careo entre Vizcay y Zabaleta apenas duró unos minutos, el juez tomó declaraciones durante toda la mañana.

1,4

MILLONES de euros

Las salidas de dinero desde las arcas de Osasuna que se justificaron con destino a la sociedad portuguesa Flefield ascendían a más de 1,4 millones de euros. En concreto, en la época en la que ya no estaba Archanco, salieron 375.000 euros a finales de junio del club y se investiga si la junta gestora tenía conocimiento de la irregularidad de estos pagos.