pamplona - Álex Sánchez lleva el fútbol en la sangre. Su infancia está ligada a un balón, siempre en los pies, y ahora a sus 26 años quiere demostrar su valía goleadora en la Segunda División, categoría en la que se estrenará la próxima temporada con Osasuna. En su trayectoria siempre quedará para enmarcar y recordar su debut en la Primera con el Zaragoza, hace 6 años, aunque desde entonces reconoce que ha madurado. Y mucho. El delantero aragonés quiere ahora seguir progresando con su nuevo equipo y promete ante todo trabajo y sacrificio. Álex nació sin mano derecha, pero estos dos valores que siempre ha aplicado en su vida le han servido para alcanzar las metas que se ha propuesto.
¿Qué tal sus primeros días en Osasuna? ¿Cómo los está viviendo?
-Estos primeros días son sobre todo de adaptación, de contacto. Somos tres jugadores nuevos y hasta ahora hemos conocido a los compañeros, al cuerpo técnico y las instalaciones. Nos han recibido genial. El lunes (por mañana) empezaremos ya los entrenamientos con energía y ganas, que es lo que debemos hacer.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido hasta la fecha?
-Yo ya sabía que Osasuna tenía detrás una afición y una historia impresionantes, pero aun así me ha sorprendido cómo se vive el club en la ciudad e incluso cómo viven los compañeros ese sentimiento. Estoy seguro de que yo también lo voy a vivir con ellos e intentaré ser partícipe de dar alegrías a la afición, que es el objetivo este año.
¿Cómo ha encajado en la plantilla?
-Creo que bien (se ríe). En todos los clubes por los que he pasado he procurado siempre hacer un buen grupo. Me considero buen compañero y desde la humildad intentaré ayudar en todo lo que pueda al equipo y al resto de jugadores, claro está.
¿Conocía a alguno de ellos?
-A Unai García, ya que estuvo cedido en el Tudelano el año pasado. A los demás, no. Contra varios del filial jugué en su día, como David García, Jose García o Kenan Kodro, cuando estaba en la Real Sociedad B. Del resto, por referencias.
La plantilla ha mantenido ese primer contacto con Martín. ¿Les ha dado ya las pautas de cómo va a ser el trabajo? ¿Qué espera de los jugadores?
-Al final lo que nos puede exigir es trabajo y la verdad es que ni nos lo tendría que pedir. Solo trabajo y más trabajo. Aunque yo no he jugado nunca en Segunda División, sé que es una categoría muy complicada. No hay más que ver la temporada pasada. Y creo que lo necesario ante todo es trabajo y sacrificio. El jugador ya es bastante profesional como para saber que tiene que dar el cien por cien en cada entrenamiento y, evidentemente, en cada partido.
¿Qué primera impresión le ha causado su nuevo entrenador?
-Muy buena. Es un entrenador que quiere trabajo y para mí eso es perfecto, puesto que yo no soy un mago del balón pero sí muy trabajador. Vengo de jugar con un técnico que es parecido (Manix Mandiola), con un estilo parecido, y en ese sentido no me va a costar.
¿Le ha dicho ya Martín qué espera de usted?
-No, charlas personales de ese estilo no hemos tenido aún. Supongo que a partir del primer entrenamiento, cuando empiece el trabajo más específico, podremos hablar más largo y tendido tanto del equipo como de mí.
¿Qué va a ver la afición sobre el césped la próxima temporada?
-Por la historia de este club, tiene que ver un equipo que se deje el alma en el juego. Todavía no conozco a todos los compañeros, pero por lo que he visto y por su tradición es un equipo que hasta el último minuto no se rinde. Creo que es la clave para que la afición esté enganchada y vayamos hacia arriba.
Y en concreto, ¿qué Álex Sánchez se va a ver?
-La verdad es que nunca he jugado en Segunda División. Sé que es un paso muy grande y puede que la adaptación me cueste un poco, pero verá en mí trabajo, sacrificio, pelea, y lucha, además de goles, espero. Ojalá puedan estar contentos con lo que doy en el campo.
Recalca lo del trabajo y el sacrificio, que también mencionó en su presentación. ¿Son valores que le acompañan en su día a día?
-Sí, en toda la vida, desde que era pequeño. Quizás yo no tengo ese don con el balón que tienen los jugadores más técnicos, pero a base de trabajo y sacrificio es como he conseguido las cosas. Tanto dentro como fuera del campo lo aplico siempre y espero seguir así.
¿Por qué se ha decidido a jugar en Osasuna?
-Por lo que es este club, por lo que significa. Confiaron en mí y, aunque tenía otras opciones, en cuanto me llamaron no lo dudé. La ilusión que me hace jugar aquí es tremenda. Tenía ganas de formar parte de Osasuna y las expectativas se están cumpliendo. Es el lugar idóneo para sentirse futbolista.
Debutará en una categoría superior. ¿Le asusta el reto?
-No, pero sí que le tengo respeto. Sí que es verdad que cuando subí de Tercera a Segunda B me asustaba y cuando debuté en Primera con el Zaragoza, también. Mis compañeros me han dicho que el cambio de la B a Segunda no es tan impresionante como en otras categorías, pero aunque me cueste un poco, creo que no habrá problema.
En Segunda no ha jugado, pero como bien ha dicho ya probó las mieles de la Primera División. ¿Cómo lo recuerda?
-Debuté contra el Valencia y jugué tres partidos, pero era un crío. Creo que desde entonces he madurado bastante como futbolista y como persona, y pienso que ahora es el momento de intentar dar un paso más en cuanto a futbolista.
Poco a poco se ha ido forjando una carrera en el deporte y ha ido creciendo como futbolista, a pesar de que nació sin mano derecha. Algo que, a la vista está, no ha sido ningún impedimento para progresar en el mundo del fútbol.
-No, para nada. Al fin y al cabo cuando uno tiene una pasión y le gusta una cosa, no creo que algo así sea un impedimento. Yo todo lo que me he propuesto en la vida, lo he hecho. Y lo que no me ha gustado, lo he dejado de hacer, pero no por el problema de la mano. Al fútbol se juega con la cabeza y con los pies.
¿Nunca ha tenido ningún problema por este motivo?
-No, al revés. Cuando debuté en Primera División, esto provocó mucha expectación. Incluso me llamó un montón de gente, padres que me querían contar que tenían hijos con algún tipo de problema. Yo al fútbol juego porque me gusta, pero al final pensé que a lo mejor podía servir de modelo para los niños, en el sentido de que les puede ayudar mucho tanto a ellos como a sus padres. En general, además, la gente lo trata con respeto. Lógicamente en todos los sitios hay quien no, pero son los mínimos.
¿Se considera un ejemplo de superación?
-No. En mi vida lo he tenido todo. Una familia que me quiere, que me ha apoyado siempre, una infancia perfecta y además he conseguido lo que he querido. Estoy jugando al fútbol, que es el sueño de mi vida, y también estoy estudiando. Ejemplo de superación es alguien que hace muchas más cosas que yo.
¿Desde qué edad viene dándole al balón?
-Desde que era un crío. Teníamos un chalet y recuerdo que jugaba en el jardín desde bien pequeño con mi hermano, que me sacaba dos años. Él se ponía de portero y ahí estábamos todo el día. O jugaba yo solo. Yo no era una excepción y como cualquier crío soñaba con ser futbolista. Sin embargo, además de soñar, me lo intenté trabajar. Entrené, aprendí cada día de otros futbolistas, como puede ser aquí Nino, y en cada vestuario que iba procuraba fijarme en ellos. La verdad, no me ha ido mal.
Vaya paciencia que debían tener sus padres con usted, todo el día jugando al fútbol.
-Sí, pero como a mis padres no les daba problemas en el colegio, no se quejaban.
¿Era buen estudiante?
-Sí. Además, preferían que jugara a fútbol a que me fuera de juerga o así. Quizás yo era muy pesado con el balón, pero al fin y al cabo cada uno tiene una ilusión y si es como esta, sana, pues bienvenida sea.
Los libros no los deja. Es licenciado en Derecho y sigue formándose.
-Así es. Tengo un máster en Unión Europea y ahora me estoy preparando un doctorado en Derechos Humanos aplicado al Deporte. Lo compagino bien con el fútbol y me sirve para abstraerme de la presión de este mundo también. Me gusta el tema.
¿Cuánto tiempo le queda para terminarlo?
-Tres años aún, así que con calma. En mi vida siempre he priorizado el fútbol, eso sí.
Sin embargo, ¿le gustaría en un futuro dedicarse a algo relacionado con lo que estudia?
-Bueno, me gustaría dedicarme a algo relacionado con el fútbol, pero si puedo aunar este deporte y Derecho, mucho mejor. Cuando me retire ya me lo plantearé.
¿Cuáles son los objetivos que se marca con Osasuna, tanto a nivel personal como colectivo?
-A nivel personal que me ayude a crecer, porque me apasiona este reto, y aunque me cueste un poco al principio sé que voy a trabajar muy duro para ayudar al equipo. Y a nivel colectivo, ojalá podamos jugar un play off de ascenso, por ejemplo, pero pensando en que hay que ir partido a partido, darlo todo en los 90 minutos y así podremos ganar y estar lo más arriba posible.
¿Es una persona realista?
-Sí, me gusta ser realista. A nadie le amarga un dulce, por supuesto, y ojalá estuviéramos en Primera ya. Pero vamos a trabajar, a intentar ganar el primer partido ante el Llagostera y después ya vendrá el siguiente.