pamplona - A César Palacios -43 años, 312 partidos con Osasuna- le tocó trabajo añadido esta pretemporada ya que tuvo que contratar a un relevo para el entrenador de las tres últimas campañas, el ahora técnico rojillo Jagoba Arrasate, y también afrontar el hueco que dejaba en el equipo uno de los timones del Numancia, Íñigo Pérez. El director deportivo del conjunto soriano -lleva nueve años en la parcela técnica del club y catorce si se suman los años de jugador- sabe que lo suyo son las dificultades. Y ahora en el Numancia se respiran aires de cambio con la inminente salida de Francisco Rubio, su presidente de los últimos 25 años, y el cambio de propietario. Palacios termina contrato el próximo año.

Peleando por el ascenso en la Liga pasada, con dudas en éste, ¿cómo llega el Numancia al partido del domingo?

-Está claro que la derrota contra el Almería hace daño (0-2), porque perder en casa en esta Liga tan reñida te obliga a reaccionar fuera, y por añadidura en un campo como El Sadar y ante un Osasuna que viene de ganar un partido muy importante. Nosotros no hicimos un buen encuentro, no dimos una buena imagen, no estuvimos bien y esto es lo que más me preocupa. Pero en esta Liga puedes competir fuera de una manera fenomenal, como hicimos en El Molinón, y eso es lo que espero que hagamos, y tener encuentros peores. Hemos tenido bajas y espero que se pueda recuperar algún jugador para el domingo.

¿No vale el haber estado peleando hasta el última jornada por el ascenso?

-Es que en el fútbol, de un tiempo a esta parte, se vive en el presente... No ya del presente, sino de lo que pasa cada fin de semana, no se piensa en el pasado, en el presente ni en el futuro. Esta temporada es durísima, hay trayectos buenos y malos y en todos hay que tener paciencia, capacidad de reflexión suficiente para pensar bien las cosas. Ya hay nervios en todos los equipos que no sacan puntos, pero hay que confiar en el trabajo diario. Es lo que hemos hecho siempre en este club, creer en el trabajo, el compromiso y el esfuerzo. Debemos mejorar en los apartados en que no estamos regulares, tener confianza y no entrar en la vorágine que se ha convertido el fútbol.

¿La marcha de Arrasate a Osasuna fue un problema añadido para iniciar el campeonato?

-Por eso digo que hay que saber reflexionar en cada momento. Se acabó un proyecto de tres años con Jagoba y Bittor (Alkiza), faltó la guinda (del ascenso), pero también pasamos momentos buenos y malos. Siempre confiamos en su trabajo y siempre apostamos por ellos. Él decidió no continuar y pusimos toda nuestra ilusión en la persona de Aritz (López Garai) y confiamos en él. Yo estoy muy contento de cómo ha entendido el club y nuestra filosofía, pero necesita tiempo. No sólo hemos tenido la baja de Jagoba, sino también la de Íñigo (Pérez) que es un jugador fundamental en todos los aspectos, dentro y fuera. También se han ido el portero, Julio Álvarez o Manu del Moral. Ha habido muchos cambios y no debemos perder de vista todos estos aspectos.

Por lo que dice, ¿el fichaje de Íñigo Pérez les ha trastocado mucho los planes?

-Está claro que Osasuna tiene otro potencial económico superior, pero como la inmensa mayoría de los equipos de Segunda con los que competimos. Me alegro porque cuando nos pagan traspasos es porque han hecho bien las cosas aquí y los jugadores mejoran sus condiciones. Íñigo era para nosotros un referente dentro y fuera del campo, es una baja muy importante y significativa. Fue de lo mejor de la categoría en su puesto e, internamente, nos hizo mucho daño. Pero es así el fútbol y en el Numancia nos tenemos que reinventar cada año y los valores que tenía (Íñigo) los deben asumir otros jugadores. Tenemos que sentirnos orgullosos de que los valores de un club como el Numancia se representen en los jugadores.

Ha trabajado tres temporadas con el actual entrenador de Osasuna, ¿cómo cree que es el nuevo Osasuna de Arrasate? ¿Les facilita las cosas para enfretarse a él?

-Los equipos los marcan también los jugadores. Jagoba tiene una idea de juego que la conocemos bien, hemos hablado mucho y hemos trabajado codo con codo durante estos tres últimos años, pero cada club tiene su personalidad y sus circunstancias, su idiosincrasia y es distinto. Creo que más que el Osasuna de Jagoba Arrasate es que es Osasuna. Y Osasuna en El Sadar realiza un tipo de juego, un tipo de presión que no tienes en otros campos y a la que nos tendremos que adaptar. A partir de ahí, tenemos que ser nosotros mismos, como lo fuimos en El Molinón. Debemos competir al 100% porque en este campo, sufriremos.

¿Han influido más las bajas que las experiencias del año pasado?

-Vivimos del presente. Hicimos una temporada preciosa, también en la Copa, en donde ilusionamos a todo el mundo. Vivimos muchas cosas. Ahora tendremos que luchar con nuestras armas y asumiendo lo que somos. Esta temporada, las expectativas eran altas, pero sabemos de las dificultades. Miras los presupuestos y están ahí, pero lo bueno del fútbol es que los presupuestos no signifcan que salgan las cosas y Osasuna y Numancia la campaña pasada somos ejemplo de eso.

El Numancia vive una situación especial por el cambio de propietario. ¿Les puede afectar deportivamente?

-Hay que intentar aislarse. Pasan muchas cosas en el fútbol y más aún ahora, que este mundo está cambiando y hay que adaptarse. Los protagonistas son los futbolistas y ellos son los que marcan las cosas bonitas que pasan. El Numancia son ellos. Mientras ellos funcionen, es bueno para todos. Si hay cambios, habrá que adaptarse. Este club es respetado y valorado por Paco Rubio y todo el consejo y su buen trabajo, y por eso este club es apetecible para otros.

Termina contrato al final de temporada, ¿cómo afronta su situación en este posible nuevo escenario en el Numancia?

-Lo afronto como siempre, viviendo a cada fin de semana. Llevo catorce años en Soria, lo afronto con la ilusión de hacer lo mejor posible las cosas y de cumplir los objetivos. Estamos en septiembre y no puedo pensar en nada más.