Pamplona - La directiva de Osasuna trabaja con varios sistemas de financiación para sufragar la reforma de El Sadar que, tanto si es básica (de unos 9 millones de euros) como integral (de unos 20), supondrá un mayor endeudamiento del club. Aunque todavía se desconoce el tipo de obra, el gerente de la entidad navarra, Ángel Ardanaz, ya maneja varias estrategias de pago, entre las que, según ha podido saber este periódico, la más factible a día de hoy es una de estilo clásico, es decir, a través de un crédito bancario. Sin embargo, la información sobre este asunto todavía no se ha trasladado a los socios de Osasuna porque, según el club, aún se desconoce el tipo de reforma y su cuantía e incluso cabe la posibilidad de que sean varias las propuestas de financiación que la directiva lleve ante la asamblea.

Si todos los socios van a tener la potestad de elegir entre al menos tres de los proyectos de ampliación del estadio presentados el lunes por cinco estudios de arquitectura, quienes tendrán la última palabra sobre la reforma serán los compromisarios, que determinarán a través de un sufragio si la obra de remodelación del estadio es finalmente básica o integral. Aunque son varios los factores que pueden influir en esta decisión, como el aforo o la estética, la directiva de Osasuna va a tener que trabajar muy a fondo el tema de la financiación, asunto que le lastró seriamente en la última asamblea, en la que los compromisarios tumbaron su propuesta de recompra de El Sadar aduciendo falta de información, sobre todo económica. Además, también reprobaron a la junta de Luis Sabalza por apoyar la subida salarial de Javier Tebas como presidente de la Liga de Fútbol Profesional, una muestra de la desconfianza de la masa social rojilla con respecto a una directiva que, con el sangüesino a la cabeza, nunca ha tenido que pasar por las urnas por la ausencia de más candidatos a la presidencia en las dos ocasiones en las que ha accedido al poder.

Con estos antecedentes, los rectores del club rojillo parecen haber destinado sus esfuerzos a contar con la opinión de los socios, pero van a tener que multiplicarlos con el asunto de la financiación de la reforma. En cualquier caso, será Osasuna quien se haga cargo del total del gasto de la obra, como figura en la Ley de reestructuración de la deuda de Osasuna, que determinó que en la actualidad sea el Gobierno de Navarra el propietario de El Sadar, mientras que el club sea arrendatario hasta 2045 y responsable de “todos los gastos de mantenimiento y conservación” del estadio.

Por este motivo, la junta directiva de la entidad rojilla tendrá que proponer un plan económico para sufragar la reforma, una estrategia de pago para la que baraja varias fórmulas. Aunque los rectores del club todavía no han tomado una decisión en firme, a día de hoy se decantan por un sistema de financiación clásico basado en un crédito bancario, que podría ser a solicitado a una o varias entidades -según la cuantía de la obra- y que incluso podría ser englobado con la deuda que ya acumula el club -de unos 7 millones de euros-. Además, el gerente de Osasuna también ha intentado involucrar al Gobierno de Navarra en la financiación, aunque parece poco probable que esta opción prospere.