Pamplona - El presidente de Osasuna, Luis Sabalza, desveló ayer que dentro del abanico de propuestas que su directiva ha presentado al Gobierno de Navarra para que éste se involucre en la reforma de El Sadar se encuentran, entre otras que no quiso revelar, tres posibles fórmulas: una, que el club reciba una subvención directa del Ejecutivo foral para la realización de las obras de mejora del estadio; otra, que actúe como avalista de la entidad rojilla al solicitar el préstamo para emprender la remodelación; o una tercera, en su defecto, consistente en que el Gobierno se haga cargo de la reforma básica, cuyo coste cifró el club recientemente en unos 7,5 millones de euros.

Las declaraciones que hizo ayer el máximo mandatario de Osasuna a este periódico son el complemento a la respuesta que el gerente del club, Ángel Ardanaz, ofreció el pasado lunes a la pregunta de un socio en el contexto de una nueva edición de Osasuna te escucha. Cuestionado sobre si el Gobierno de Navarra se iba a implicar en la remodelación del estadio, Ardanaz contestó que “nosotros le hemos hecho una propuesta que es buena para Osasuna, para Navarra y para la ciudadanía y la entendemos como irrechazable”. El gerente añadió además que la directiva del club se encontraba “esperando una respuesta”, afirmación que Sabalza matizó ayer especificando que todavía tienen pendientes más reuniones con altos cargos del Ejecutivo. De hecho, ya tiene una concertada con la presidenta, Uxue Barkos, y con el consejero de Hacienda y Política Financiera, Mikel Aranburu, con quienes se reunirá el miércoles de la próxima semana. Además, el máximo mandatario del club rojillo también quiso destacar “la buena sintonía” en los contactos que ambas partes han venido manteniendo sobre este asunto desde el pasado mes de julio.

El Gobierno es el propietario En cualquier caso, el presidente de Osasuna se mostró consciente de la peculiar situación en la que se encuentra el club navarro a la hora de afrontar la citada reforma y a la hora de solicitar la colaboración del Gobierno, titular del estadio desde que en diciembre de 2014 se aprobara en el Parlamento foral la ley de reestructuración de la deuda de Osasuna, un texto en el que se incluyó una cesión de uso del estadio al club hasta 2045 (a 75.000 euros anuales con el primer equipo rojillo en Segunda y a 150.000 estando en Primera) y otro punto en el que se dejó constancia de que, en lo referente a El Sadar, “todos los gastos de mantenimiento y conservación serán por cuenta del club”, algo, esto último, que Sabalza reconoció tener totalmente asumido.

El presidente de Osasuna también puntualizó que el club sólo está acercando posturas con el Gobierno de Navarra, principalmente porque todavía se desconoce la magnitud y la cuantía de la remodelación, puesto que aún falta por conocer la decisión del total de los socios del club en lo referente a cuál de los cinco proyectos de reforma integral acabará finalmente en la asamblea, prevista para finales de este año o principios del próximo y en la que los compromisarios decidirán mediante un sufragio si la mejora de El Sadar es básica (a la que Osasuna está obligado por la Liga de Fútbol Profesional -LFP-) o integral (que incluye además una ampliación del aforo).

Entre 9 y 20 millones En este asunto resulta conveniente recordar que el propio club cifró el coste de la reforma básica de El Sadar en unos 7,5 millones de euros y que ésta, que se debe acometer sí o sí, implica la realización de obras necesarias para obtener la licencia de actividad, de la que carece el estadio a pesar de ser inaugurado hace ya más de medio siglo, y para cumplir con las exigencias de la LFP en lo referente a la iluminación y las cubiertas de El Sadar. Además, en el caso de que la asamblea de socios compromisarios apostara por la reforma básica, el club tendría que pagar 1,5 millones más en concepto de devolución a Hacienda por no cumplir con su compromiso de destinar a reformas los 16 millones de beneficios de años anteriores.

Con sólo una reforma básica, el aforo de El Sadar se vería reducido en 1.000 localidades -pasaría de las aproximadamente 18.000 actuales a unas 17.000-, mientras que, en el caso de que triunfara la propuesta de reforma integral, la capacidad del estadio aumentaría hasta los 23.000 o los 25.000 asientos, según cuál de los cinco proyectos que compiten por hacerse cargo de la reforma gane la votación, en la que podrán participar todos los socios de Osasuna. El club cifró el desembolso para acometer la ampliación del estadio en unos 20 millones de euros (IVA incluido).

Un proceso largo Lo único cierto es que todavía no hay nadie en disposición de asegurar qué reforma sufrirá el estadio, ya que la mesa de contratación sigue analizando los cinco proyectos de ampliación que aspiran a hacerse cargo de la remodelación integral de El Sadar. En cualquier caso, el director general del club, Fran Canal, aseguró el pasado lunes que, “si ninguno es irrealizable, la idea es que puedan pasar los cinco y que sea una votación abierta a nuestros 15.000 socios la que decida qué proyecto es el ganador, por lo que poco puede haber más democrático y transparente que eso”. La directiva llevará el proyecto elegido a una asamblea que, a finales de este año o principios del próximo, decidirá si se lleva a cabo o se apuesta únicamente por una reforma integral.

Hacienda, sin adjetivos Para antes de todo esto, la directiva de Osasuna tendrá que tener preparado algún plan de financiación, que en principio, según adelantó este periódico hace unos días, pasará casi con total seguridad por solicitar un crédito a una o varias entidades bancarias. En este sentido habrá que ver cuál es el posicionamiento del Gobierno de Navarra, que ayer, desde su departamento de Hacienda, informó de que se encontraba estudiando las propuestas que ha recibido de Osasuna (sin revelar en ningún caso el contenido de las mismas), que no se había puesto una fecha tope para tomar una decisión en firme al respecto y que, al contrario de lo que hizo el lunes Ángel Ardanaz, prefería no añadir ningún adjetivo a la oferta de Osasuna, consistente, según Sabalza, en recibir una subvención directa por parte del Gobierno, o que éste ejerza de avalista, o que se encargue de la reforma básica del estadio. Tres ideas cuya base es la misma: que el Gobierno dispense otra vez apoyo económico a Osasuna.

La reunión, el miércoles 24. El presidente y el gerente de Osasuna, Luis Sabalza y Ángel Ardanaz, respectivamente, se reunirán con la presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, y el consejero de Hacienda y Política Financiera, Mikel Aranburu, para hablar sobre la reforma de El Sadar. Será una cita en la que los representantes de Osasuna y el Ejecutivo tendrán la oportunidad de hablar sobre el proceso de elección del tipo de reforma, la financiación de la misma y la disponibilidad del Gobierno para involucrarse en la misma.

La básica, 9 millones. La reforma básica del estadio le costaría a Osasuna 9 millones de euros, incluida la penalización de 1,5 de Hacienda por no invertir en la remodelación los 16 millones de euros obtenidos en beneficios en las últimas temporadas, y perder 1.000 localidades de aforo.

La integral, 20 millones. La ampliación del estadio costaría aproximadamente 20 millones de euros (IVA incluido) y elevaría el aforo hasta un mínimo de 23.000 asientos y un máximo de 25.000.