Pamplona - La de ayer fue la tarde del 10, porque el jugador de Osasuna que luce este dorsal, Roberto Torres, anotó su décimo gol de la temporada para volver a adelantar a Juan Villar y convertirse de nuevo en el pichichi del equipo, un tanto que, además, permitió al conjunto navarro batir su mejor racha de victorias consecutivas en El Sadar de su historia -tanto en Primera como en Segunda División, pero no así en Tercera- y dejarla en una decena de triunfos seguidos como local.

Si hace una semana, con su triunfo en Pamplona contra el Zaragoza (1-0), el Osasuna de Arrasate igualó las nueve victorias ligueras consecutivas en El Sadar que ya compartían el Osasuna de Aguirre de la temporada 2005-2006 (en Primera) y el de Alzate del curso 1979-1980 (en Segunda), el conjunto del técnico vizcaíno batió ayer el registro al derrotar al Nàstic en El Sadar con un solitario gol de Roberto Torres.

Que el centrocampista de Arre está “de dulce”, como ya afirmó Arrasate después de que el canterano anotara el postrero tanto del empate de Osasuna en Soria ante el Numancia, no es ningún secreto. El futbolista navarro, que heredó el 10 de Patxi Puñal cuando éste colgó las botas, atraviesa por, tal vez, el mejor momento de su carrera profesional. A punto de cumplir los 30 años, es el máximo goleador del equipo en Liga (lleva 10 dianas, una más que Juan Villar, ayer ausente por sanción) y está cada vez más cerca de su mejor registro anotador: 12 tantos en la temporada 2015-2016, la del último ascenso de Osasuna. Y con la posibilidad, como el equipo, de seguir mejorando sus números.