Gracias Javier, me brindaste tu amistad y me convenciste para trabajar contigo en nuestro Osasuna.

Pundonoroso osasunista, fervoroso sanferminero de la cuesta de Santo Domingo, javierano del camino y con varias compostelanas en tu haber. ¿Quién tiene valor para cuestionarte nada?

Nos has dejado a Gloria, Rubén y Mónica. Hoy todos los que te hemos conocido estamos más vacíos que antes.

Estoy viendo el último mensaje que me mandaste estas navidades felicitándome a mí y a toda mi familia y al final, como siempre, el escudo de Osasuna.

Tu familia, tu Osasuna y tus amigos. No pensaba que tenías tantos. Tu blusa y tu bandera fue siempre noble y luchadora. Al final, ayer no tuve valor para mirarte de frente. Un poco lloroso vi de reojo que estabas muy majo.

Cuando nos abrazamos el jueves pasado en el hospital, sentí una cosa extraña. Nos prometimos que cuando pasase este mal sueño nos juntaríamos a comer para descojonarnos de esta triste putada.

Javier, te has ido y te recuerdo sentado a mi derecha por esas carreteras de Dios en la cantidad de viajes que hemos realizado. También de los fichajes de Alfredo, Sabino, Armentano, de la renovación de Palacios, de cuando Loti se piraba y nos esperaba la prensa en El Sadar para confirmar su despedida y le convencimos para renovar otro año. Del traslado de las oficinas, de la tienda, de los campos de Tajonar, del museo, de la Fundación, del contrato de las vallas de publicidad, del videomarcador, de los locales en alquiler, del mural, de las goteras, del bus, de los viajes? De aquella maldita Navidad, cuando lo de Aloisi. Y cuando decidiste que ya se había terminado una etapa y que dejando a tu Osasuna en Primera y modernizado tu mandato estaba cubierto.

Tu famosa frase “no sé lo que es él debe ni el haber, pero sé lo que tiene que haber” refleja claramente tu historia humana y tu comportamiento.

Javier, el jueves hablamos de que este año otra vez subimos. Ojalá se cumplan nuestros deseos: nadie se los merece mas que mi amigo.

Hasta siempre Javier y recuerdos a Fermín Etxebe.El autor fue vicepresidente en la junta de Miranda