Pamplona - Fran Mérida se retiró al vestuario poco después del inicio del entrenamiento que ayer completó en las instalaciones de Tajonar la plantilla de Osasuna, que regresó al trabajo tras disfrutar el martes de una jornada de descanso. El centrocampista catalán se resintió de la contusión lumbar que sufrió en los minutos finales del partido del pasado domingo en el estadio Anxo Carro y, aunque desde el club se mostraron optimistas sobre su participación en el partido del próximo sábado contra el Deportivo, lo cierto es que, según el parte médico emitido ayer por la entidad rojilla, el futbolista “queda pendiente de evolución”. No obstante, la previsión es que hoy se ejercite de forma parcial y que mañana se reincorpore al grupo, aunque habrá que esperar para comprobar cómo amanece hoy un jugador vital en el esquema de juego de Jagoba Arrasate.

En cualquier caso, en la sesión de ayer, ya sin Mérida sobre el césped, fue Roberto Torres quién ocupó su posición de mediocentro durante gran parte del entrenamiento. El canterano ya jugó en la misma demarcación los últimos minutos del partido de Lugo y además mejorando notablemente su rendimiento personal y el de su equipo.

Un síndrome gastrointestinal El otro futbolista que también se ejercitó ayer de forma parcial fue Xisco, que trabajó algo menos que sus compañeros por encontrarse aquejado de un síndrome gastrointestinal que también ha castigado a otros componentes de la plantilla. Pese a que ayer se entrenaron con relativa normalidad, Nacho Vidal, Lillo y Kike Barja también han tenido los mismos síntomas que Xisco, aunque los sufrieron un día antes que el atacante balear.

Íñigo Pérez mejora Osasuna también informó ayer de que Íñigo Pérez mejora de su lesión en el dedo gordo del pie derecho. Al centrocampista pamplonés ya le han retirado la inmovilización de la zona y trabaja en el gimnasio, aunque desde el club matizaron que quieren ir con calma, por lo que su reaparición aún se hará esperar. - J.L./ Foto: Mikel Saiz