Córdoba - Osasuna se proclamó campeón de la Liga de Segunda División sumando ayer al logro principal del ascenso el prestigio de ser el equipo que se asegura la primera plaza y que acumula más puntos, guarismo que puede incrementarse aún más en la última jornada del torneo, porque todavía queda un partido por delante en esta campaña con desenlace anticipado, con emoción aligerada por lo temprano de la llegada del final previsto.

El equipo de Arrasate firmó el punto necesario en el campo del Córdoba y zanjó así también el asunto del liderato exclusivo para él en esta Liga para enmarcar. Si nadie rechistaba ni dudaba al principio del campeonato cuando se tildaba a la Liga de Segunda de este curso como la mejor de siempre por la categoría y nivel de muchos equipos, también por la presencia de la legión de exconjuntos de Primera reunidos en el campeonato, el mérito de Osasuna ahora que concluye la competición deberá elevarse a la cota de la consideración inicial, a la del juicio previo que afirmaba con datos que se había montado una reunión peligrosa en el segundo escalón del fútbol profesional.

Osasuna ha estado a la altura de este torneo rutilante y, por eso, ha sido capaz de acceder a más logros en la competición. Los rojillos han elevado el tono de sus actuaciones hasta ponerse el listón en el récord de partidos consecutivos ganando en su estadio, cosa que ya han igualado, y al de la consecución del campeonato, honor que también han conseguido.

El partido en Córdoba tenía la historia que quería darle Osasuna porque el equipo local hacía tiempo que había dado carpetazo al asunto, firmando un descenso en una campaña para olvidar. Con ausencias sonoras en el once titular por culpa de las tarjetas, a Arrasate le tocó armar un equipo de circunstancias, si así se pueden llamar a la reorganización de hombres en el líder del torneo. Portero nuevo, medio centro reformado, pólvora para el ataque nueva, el conjunto navarro tuvo un aspecto distinto por lo menos en cuanto a nombres.

No en cuanto actitud. Con la feria a las espaldas de la grada principal atronando más que los aficionados más ruidosos, que se marcharon a los veinte minutos tras el hiriente marcador, Osasuna se topó con un encuentro excesivamente placentero. Los rojillos se lo tomaron en serio y, por eso, Xisco firmó a los diez minutos el primer gol del partido y cuatro minutos más tarde Brandon rubricó una primera parte comodísima con su tanto de penalti. Un defensa se le había llevado por delante en la acción de la penalización y el balear, un tipo feliz en Osasuna que exporta ese brío y empuje a su juego, no perdonó desde el punto de penalti.

Fue el punto final a un partido resuelto en el primer tiempo, ante un Córdoba cada vez más abandonado, porque, si había habido poca asistencia desde el pitido inicial, la renuncia de los hinchas se fue plasmando conforme el paso de los minutos. La feria buena estaba fuera, parecía entender el respetable, que dejó a los suyos con su desgracia en el campo.

Orgulloso se debe sentir Arrasate de la interpretación sería y serena que tienen sus jugadores de lo que se pide a cada encuentro. Ayer resultó reconfortante la abnegación y determinación de Rubén García desempeñándose como medio centro, como la ambición de Brandon, el empuje de Nacho Vidal, la seriedad de todos.

Tras un primer tiempo decisivo, el segundo siguió en la misma línea, acrecentando las diferencias con el gol de Perea, a los diez minutos de la reanudación. Todo quedaba sentenciado, pese la reacción de orgullo de Alfaro tras el tanto del 0-3, que siguió unos minutos, hasta mediado el segundo acto, y que se cobró otra pieza en el segundo gol local, obra de Piovaccari. Osasuna pasó sus apuros, porque en esta Liga no cabe el desmayo. El debut de los jóvenes Javi Martínez y Aimar Oroz también aderezaron los últimos minutos de Osasuna en otro día con los deberes hechos. Inspiradora presencia de canteranos en un partido donde se firma el campeonato.

Con casi todo hecho, Osasuna se ha buscado trabajo para el último partido de Liga. Aumentar su récord de puntos en una temporada (lleva 84, por los 68 que logró en Primera en la temporada 2005/2006, su techo histórico), batir su plusmarca de victorias seguidas en casa (lleva 16, las mismas que encadenó en Tercera en la temporada 1974/1975), dar una nueva satisfacción a la afición, es lo que tiene vivir intensamente hasta el final una temporada que será inigualable.

CórdobaOsasuna

5Tiros a puerta8

11Tiros fuera1

5Ocasiones de gol6

12Faltas cometidas9

1Tarjetas amarillas1

7Córners1

5Fueras de juego0

59%Posesión41%

3Intervenciones del portero3