PAMPLONA- María Blanco (Mutilva 15/08/1999) se convirtió el pasado cuatro de julio en el quinto refuerzo de las filas de Osasuna Femenino. La defensa navarra regresa a la entidad rojilla procedente del Athletic Club, donde militó las últimas tres temporadas. La que fue jugadora de Osasuna en las categorías inferiores rojillas, vuelve a casa para fortalecer el proyecto liderado por Mikel Bakaikoa en el nuevo Reto Iberdrola, tras el ascenso de la temporada pasada, con ganas e ilusión, y con la mente preparada para el gran desafío al que se van a enfrentar este curso.

¿Cómo surgió todo? ¿Buscaba regresar a Pamplona o fue algo espontáneo?

-Fue algo más bien espontáneo. Para mí Osasuna es lo más grande que hay, es el equipo de mi vida y siempre he querido volver, pero no era algo que buscara constantemente. En Bilbao estaba muy cómoda, aunque es cierto que después de la lesión empezaron a escasear los minutos y en este deporte hay que buscar lo mejor para cada uno a nivel profesional. Cuando le comentaron esa posibilidad de volver, ¿qué sintió? Muchísima felicidad. No solo por jugar en el equipo al que amo sino por volver a mi tierra, a casa, con mi familia y amigos y con toda la gente que quiero cerca. ¿Le costó mucho tomar la decisión? Me puse muy contenta al saber que volvía, pero al mismo tiempo he pasado tres años maravillosos en Bilbao y tenía muchas cosas allá. Fue complicado por el tema de los estudios sobre todo, porque cuando me marché los estudios eran mi prioridad, estudio Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Tener que cambiar a otra universidad, que me admitieran, el papeleo... eran cosas que había que valorar muy en serio.

Al ser rojilla de toda la vida habrá seguido un poco la evolución y la trayectoria de Osasuna Femenino durante la pasada temporada.

-Cuando estás fuera de casa valoras y pones más atención en esas cosas a las que quizás no se la prestabas antes y sí, he seguido la temporada que ha hecho el equipo y ha sido espectacular el crecimiento y el progreso.

¿Le gustaría jugar en El Sadar?

-Por supuesto, me encantaría jugar en el estadio de mi equipo, no solo por mí sino por mi familia. Sé que les emocionaría muchísimo y se llenarían de orgullo, espero que este año vuelva a repetirse lo que ocurrió la temporada pasada y no solo una vez.

¿Cree que jugar en El Sadar fue un paso importante de cara al impulso del fútbol femenino?

-Totalmente. Pero también pienso que no hay que llenar solo estadios grandes, también hay que estar ahí el resto de la temporada. Es un paso, pero aún queda mucho para conseguir más apoyo en este deporte.

La pretemporada está bastante avanzada, ¿cómo ve al equipo ahora que ya ha habido una primera toma de contacto?

-Veo un equipo joven y fuerte, tenemos una base muy buena y ahora tenemos que aprovechar momentos como la pretemporada para pulir y corregir errores de cara al inicio de la temporada, así como para coger sensaciones y familiarizarnos con la categoría. Creo que esta pretemporada vamos a ir a más y vamos a llegar al comienzo de la liga en muy buenas condiciones.

Se enfrentan a un gran desafío.

-Es un reto muy complicado porque este año hay clubes muy grandes que han hecho grandes plantillas y creo que va a ser un año difícil, pero sin duda vamos a estar a la altura y más aún con las compañeras que hay en el vestuario.

¿Qué tal es el ambiente en el vestuario?

-Conozco de primera persona a mucha gente porque he jugado con ellas y al final acabas conociendo a todo el mundo. Nada más entrar se nota la buena chispa que hay y eso es muy bueno.

Usted que ya ha jugado en categoría profesional, ¿qué consejo daría a aquellas compañeras no lo han hecho?

-Siendo una categoría nueva lo más importante que les diría es que hay que luchar. Al final son equipos nuevos con jugadoras jóvenes y algunas veteranas y estoy segura de que va a ser una categoría muy disputada. El consejo que daría es que hay que darlo todo en el campo. Oportunidades como las que tenemos de jugar en Osasuna o en equipos grandes no las tiene todo el mundo y estas oportunidades no se les aparecen a todas. Hay que aprovechar cada minuto que tienes en el campo y disfrutar de cada momento porque igual luego la oportunidad se va y te arrepientes de no haberlo dado todo.

¿Cómo es María Blanco dentro del campo?

-Dentro del campo soy una jugadora con garra, que intenta dejarse la piel en cada partido y que busca todas las oportunidades con el balón.

Tres virtudes y tres defectos suyos.

-Como virtudes, diría que soy cariñosa, me gusta ayudar a los demás cuando lo necesitan y soy risueña, o eso me dicen. Pero tengo que reconocer que también soy muy impuntual, cabezota y me pongo de muy mal genio cuando me enfado.

¿Qué le gusta hacer cuando no está entrenando?

-Estar con mis amigos y mi familia. Soy una chica muy cercana y me gusta estar siempre cerca de los míos.

¿Cómo se ve de aquí a cinco años?

-Nunca me suelo plantear las cosas a largo plazo porque luego puedes tener un contratiempo y se te rompen los esquemas. Lo único que espero es ser una persona plenamente feliz, que me haya podido reencontrar como futbolista y poder disfrutar del fútbol al mejor nivel que pueda.

¿Un recuerdo bonito que tenga de su trayectoria en el fútbol?

-Bonitos tengo dos que voy a recordar siempre. El primero fue cuando debuté en Primera División. Cuando era pequeña soñaba con jugar en Osasuna y para nada me imaginaba debutar en la máxima categoría. Otro muy bonito que tengo es cuando quedamos subcampeonas de Europa con la selección. Con la final se te queda un sabor agridulce pero con el tiempo valoras el hecho de haber estado en la selección y haber conseguido algo tan grande.

¿Y uno amargo?

-El día que me lesioné en el Mundial y me rompí el cartílago de la rodilla. Fue duro pero con el tiempo lo he superado y esas cosas hay que borrarlas de la mente.

Hablando de esa lesión, ¿es algo que le preocupa o lo intenta mantener fuera de su cabeza?

-Cuando me recuperé tuve el problema de que me resultaba muy difícil sacármelo de la cabeza porque se pasa tan mal y se pasan tantas horas sola en el gimnasio que es difícil apartarlo de la mente. Pero creo que ya tengo que dejar de pensar en eso, y de hecho ya no lo pienso tanto porque cuando pasas la segunda lesión ya asumes que esto es una realidad que puede ocurrir, aunque espero y deseo que no vuelva a pasar. Lo mejor que puedo hacer es olvidarlo y empezar a disfrutar del fútbol que es lo que más necesito.