cuánta gente habría pagado por estar en el descanso en el vestuario y escuchar las palabras de Jagoba Arrasate a sus jugadores y, así, entender el cambio radical del equipo entre la primera y la segunda mitad. Tras unos 45 minutos siendo totalmente dominados, paso por los vestuarios y salieron los indios, de nuevo, para llevar a Osasuna a una victoria que permite ir al parón con un tranquilidad mayor. Y es que salió Osasuna un poco dormido y eso ante un equipazo como el Villarreal, se paga. Y pronto. Ni cuatro minutos tardó Pau Torres en adelantar a los visitantes. Pero, como el año pasado con el Málaga, cuando marca el central en El Sadar, los rojillos lo volvieron a acabar remontando.

Vaya si lo hicieron. La charla de Arrasate surtió efecto pero también ayudó que según salieron de los vestuarios, Roncaglia se sacó de la manga un chut desde más de 20 metros pegadito al poste para empatar. Pocos imaginaban que la segunda mitad iba a comenzar así.

Pero eso supuso una inyección de fuerza y adrenalina para los pupilos de Jagoba Arrasate que obligaron a todo un señor equipo como el Villarreal a jugar en su campo durante toda la segunda mitad. Ni los Cazorla, Iborra, Ontiveros y demás jugadores de clase suprema fueron capaces de salir de la intensa presión de los rojillos. Una barbaridad.

También es cierto que el Villarreal en la segunda mitad lo pasó mal, pero una tuvo. Y ahí apareció Rubén, que su parada salvadora de todos los días no falte. Otro, como Aridane, que está demostrando que sí tiene nivel para Primera y de sobra.

Jugando así caerán muchos equipos. Un equipo intenso, veloz, pero también ordenado y con las ideas claras. El Chimy tuvo una, pero la ansiedad parecía apoderarse de él desde el segundo uno. Quería marcar y lo logró de semifallo, pero bendito sea. Ávila es un factor que puede ser decisivo para la salvación gracias a su intensidad, pero tiene que saber medir para no pasarse de revoluciones. Es difícil, pero si lo logra su techo es infinito. En sus manos y, sobre todo, en su cabeza está esa opción.

Victoria, adiós al ansia por marcar, al parón con 11 puntos y la sensación de que Osasuna funciona y compite de tú a tú a quien sea. Y si no lo hace siempre está Jagoba para darles una charla al descanso para que lo hagan.