Pamplona - “Mi deseo es que esté para el primer partido de la temporada que viene. Solo pido eso. Bueno y que sea en Primera”. Esas fueron las palabras de Luis Sabalza en el día de ayer al explicar el estado de la reforma. Pero la realidad es que las obras van con mes y medio de retraso y eso complica el deseo del presidente.

“La idea que teníamos era comenzar la segunda fase en septiembre, pero no ha sido así y llevamos un mes y medio de retraso”, contó Diego Fernández, arquitecto de Muro Rojo. Estos retrasos se deben, especialmente, a la tardanza en obtener las diferentes licencias para poder avanzar en la reforma. Aún y todo el arquitecto afirmó que “tenemos el compromiso de acabar para el primer partido que se dispute en casa”.

Por eso el club maneja un plan B para intentar que el estadio esté lo más acabado posible en el primer partido que se dispute en El Sadar la temporada que viene. Por ello no descartan usar una opción como lo ha hecho la Real Sociedad o el Eibar esta temporada: pedir que los primeros partidos de temporada se jueguen fuera para ganar algo de tiempo.

En cualquier caso, como dijo Sabalza, la idea que impera en la entidad es que para el primer partido que se juegue en El Sadar esté terminado lo necesario como mínimo y que luego se terminen los retoques necesarios, como ha ocurrido en la primera fase de la obra, que ya está terminada a falta de la colocación de dos ascensores.

Tanto los arquitectos como la constructora mantienen que la idea inicial del proyecto “apenas ha variado”, como comentó ayer el arquitecto Fernández y las obras se mantienen dentro de un plazo predeterminado, pero la burocracia ha retrasado los planes bastante.

Mejor acústica para todos Un tema que se trató ayer es el de la acústica. Según un estudio realizado, tras la reforma, la acústica en el interior será mejor que ahora y, especialmente, los vecinos de las casas de al lado del campo recibirán mucho menos impacto sonoro en sus casas.

Reuniones de seguridad El arquitecto relató la cantidad de organismos con los que hay que reunirse para tratar diferentes temas, especialmente el de la seguridad. Además del propio club que ha puesto un controlador del proyecto, han tenido que reunirse con la LIga, la Policía, protección civil o el Ayuntamiento. Todo esto no ayuda a la fluidez de las obras, ya que, como dijo el arquitecto de la reforma: “Los detalles técnicos son más complicados pero los dominamos, pero los burocráticos son más difíciles de controlar”. Ahora toca esperar para ver si se llega al primer partido de liga.