Pamplona - La Asamblea General Ordinaria de Osasuna celebrada el pasado domingo en Baluarte sirvió para que los socios compromisarios del club aprobaran por amplia mayoría las cuentas de la temporada pasada y el prepuesto de la actual. De esta forma, la junta directiva del presidente Luis Sabalza encontró el refrendo que buscaba. Sin embargo, en la cita, de casi cinco horas de duración, también hubo tiempo para elegir a los nuevos miembros de la Comisión de Control Económico -los anteriores cesaron después de cuatro años por obligación estatutaria- y para que el presidente adquiriera varios compromisos que, como él mismo reconoció, intentará cumplir antes de que en noviembre de 2021 expire su mandato. Entre ellos, revisar el contrato de patrocinio con Kirolbet, reformar los estatutos y recomprar patrimonio en el caso de que el primer equipo logre la permanencia en la máxima categoría -y de momento no va mal la cosa-.

Por nivel de dificultad, tal vez la rescisión del contrato con Kirolbet parece el asunto más escabroso, sobre todo teniendo en cuenta las explicaciones que ofreció Sabalza durante la asamblea. Ante la insistencia de un grupo de socios en romper relaciones con la citada casa de apuestas, por considerar que es un negocio que genera adicciones en la sociedad, el presidente dio un paso más que en pasadas reuniones con los socios -la petición de partir peras con Kirolbet viene de lejos- y anunció que se sentará con representantes de su patrocinador para estudiar las posibilidades de romper un contrato que expira en 2021, aunque advirtiendo que no existe una cantidad estipulada para rescindir el mismo antes de tiempo y que, en caso de no llegar a un acuerdo, el tema podría acabar en el juzgado. Además, insistió en que, en caso de cumplir el contrato, la renovación del mismo pasaría antes por la asamblea.

Sabalza también desveló que trabaja para que El Sadar sea un estadio libre de humos y anunció otra reforma de los estatutos antes de agotar su mandato. En cualquier caso, el presidente no tiene prisa con este asunto, porque el texto ya se revisó hace un par de años y, como él dijo, “tampoco es cuestión de cambiar los estatutos cada 15 días”.

Lo que sí parece más urgente es la recompra del patrimonio, porque Sabalza se comprometió a negociar la recompra de las instalaciones de Tajonar a partir de febrero del próximo año, aunque con condicionantes. Para empezar, el presidente de Osasuna dijo que sólo sería posible afrontar la recuperación de patrimonio si el primer equipo logra la permanencia -más recursos económicos- y que su plan pasa además por pactar con el Gobierno de Navarra, propietario de El Sadar y Tajonar desde la Ley Osasuna de 2014, una recompra fraccionada de las instalaciones de entrenamiento. Es decir, una recuperación por partes.

En definitiva, que la directiva de Sabalza salió reforzada de la asamblea del domingo -eso sí, siempre con algún debe-, pero también con mucha tarea para los dos años que le quedan de mandato. Debe renegociar contratos, reformar estatutos y recomprar patrimonio, pero también preparar la celebración del centenario del club -Osasuna cumple 100 años en 2020-, terminar la reforma del estadio, vigilar la relación laboral con Fran Canal y su despacho de abogados y, como colofón, buscar un relevo para Luis Sabalza, que, salvo cambio de opinión, no repetirá como candidato en 2021. Mucho tajo.