DONOSTIA - Nacho Monreal nos pide que no le saquemos fotos al tener el moflete derecho con puntos e hinchado. Minuto y resultado de la temporada del equipo.

-Haciendo un balance general, a día de hoy las sensaciones son buenas. El equipo está transmitiendo mucho en el terreno de juego. Se ha hecho un gran esfuerzo para hacer un equipo con aspiraciones altas y estamos respondiendo. Estamos haciendo lo que se nos está pidiendo.

Les sabe a poco empatarle al Barça.

-No es que sepa a poco. Hay que ser realista y cuando juegas contra todo un Barcelona, o un Madrid, son partidos que a priori ellos son los favoritos y tienen que ganar. Pero hoy en día las diferencias en el mundo del fútbol se han reducido muchísimo. Somos un equipo que estamos disfrutando haciendo lo que hacemos, jugando como lo hacemos, y somos conscientes de que, aunque ellos sean favoritos, vamos a tener nuestras oportunidades y en todos los partidos salimos a ganar. El otro día fue por fases. El primer tiempo fuimos mejores que ellos, tuvimos más la pelota, más ocasiones, más tiros y en una jugada fortuita nos empataron. Pero, en los primeros 45 minutos, mi sensación dentro del campo era que estábamos siendo superiores. Luego, en el segundo tiempo, nos metieron el segundo gol nada más empezar, ya tenían la pelota y hacían el fútbol que les gusta. Al arriesgar un poquito, nos hicieron ocasiones, estuvieron a punto de meter el tercero, pero al final no lo hicieron, en una jugada aislada empatamos y, a partir de ahí, volvimos a tomar las riendas del partido, a tener ocasiones.

¿Qué opina de las campañas arbitrales de los grandes?

-Estas cosas dan que hablar y a la gente le gusta opinar de todo eso. Pero el partido ya ha terminado y no puedes darle más vueltas. Un punto, buenas sensaciones en el partido y a pensar en el siguiente.

¿Fue penalti?

-La primera sensación que tengo es que sí porque las imágenes veo a Diego (Llorente) agarrando a Piqué. Pero luego veo unas imágenes que nos facilita el club en las que es Piqué quien empieza a agarrar a Diego. Tampoco sabes muy bien. Cada uno pone las imágenes que le interesan. No pitó y me parece que hizo bien; si hubiera pitado, probablemente te diría que también.

Usted se fue con siete puntos...

-Fue algo del momento, puntual. Yo en el momento que veo que Isak mete el gol empiezo a celebrarlo y me iba directo a mi campo porque pensaba que ellos iban a sacar rápido, y a nosotros también nos interesaba. Estábamos bien y me junto con Mikel (Oyarzabal) en mitad del camino, él también eufórico perdido por el gol y me comenta: Vamos a chocar. Ya lo habíamos hecho alguna vez y chocamos con la mala fortuna que nos dimos con las caras. Cosas que recordaremos dentro de unos años.

¿Le impide jugar?

-No, juego sin ningún problema.

Si luchan con cualquiera, en la Copa pensarán llegar lejos...

-Los directivos han creado un equipo bastante competitivo. El míster ha dejado claro que no somos los once que estamos jugando sino que el plantel es de 23 jugadores. Los once que empiezan los partidos rinden y están a buen nivel, pero la gente que está saliendo después nos está dando muchísimo e incluso los que no están yendo convocados están entrenando muy bien y hace que los que vayan y jueguen estén aumentando su nivel. Al final, hace que no renunciemos a nada, no tiremos ninguna competición y tratemos de llegar lo más arriba posible en todas y cada una de ellas.

Pero en esta ronda la diferencia parece demasiado grande...

-Al final, juegas contra un equipo de Tercera, se supone que eres favorito y que vas a arrasar, pero esto es fútbol. Vamos a ser realistas. Todos los años hay sorpresas, siempre hay equipos que caen contra equipos de Segunda B y Tercera, y esperemos que no nos pase a nosotros. Todos los años hay sorpresas.

¿Que se dispute a partido único les beneficia?

-Creo que está bien hecho. Estoy totalmente de acuerdo con el nuevo formato. Ya desde hacía varios años se demandaba, porque se da mucha ventaja a los equipos grandes, que pueden tomar el riesgo en la ida, luego sacar a los titulares en su campo y darle la vuelta. En este sentido, a partido único, si quieres tomar riesgos los tomas, pero si te sale mal te vas para tu casa. Hay que ser conscientes de que son 90 minutos y solo va a pasar un equipo.

Le habrán hablado de la leyenda negra de la Real en el torneo...

-Sé que hace dos años les remontó la vuelta el Lleida. Ya te digo, siempre hay sorpresas. A priori, juegas contra equipos inferiores, pero están muy motivados y ahora juegas en su casa. Tienes que estar preparado porque te puedes llevar una sorpresa.

¿A día de hoy, firma clasificarse para la Europa League?

-Por supuesto. Terminar en Europa sería cumplir con los objetivos del club. Vamos a pelear por estar lo más arriba posible, pero hay muy buenos equipos. Es la Liga española, se supone que Madrid, Barça y Atlético van a ocupar las tres primeras posiciones y luego hay muy buenos equipos: Sevilla, Getafe, que no falla, nosotros, el Villarreal? En este sentido, terminar en competiciones europeas sí que lo firmaría, por supuesto.

¿La Copa le resta ambiente de derbi al Osasuna-Real?

-Al haber partido entre semana la cabeza la tienes puesta en el partido de Copa. El míster nos lo ha dejado claro. Vamos a jugar con el Becerril y, una vez que termine, prepararemos el encuentro de Osasuna.

Partido complicado en El Sadar.

-Osasuna es un equipo que se le está complicando a todos los adversarios con los que está jugando y especialmente cuando compiten en casa. Se sienten fuertes, la gente les está animando mucho y eso le llega al jugador. Va a ser un partido muy disputado porque no bajan el ritmo en 90 minutos: no paran de correr, de pelear, no dan un balón por perdido y es por eso por lo que están ahí arriba.

No se les dan bien esos rivales...

-Al final, tienes que jugar contra todos. Está claro que es más incómodo que jugar contra un equipo que te deja tener la pelota y se mete atrás. Pero somos conscientes de que estamos en un buen momento, tenemos calidad, jugadores que en cualquier momento pueden hacer una jugada de gol e iremos a por los tres puntos.

¿Le recuerda el ambiente de ahora de Anoeta al del Sadar?

-Ahora mismo da gusto. Yo nunca había jugado aquí como local, pero como visitante era un ambiente frío con esa pista de atletismo. En el nuevo estadio, la gente está volcadísima, el equipo está enchufado? Es una gozada jugar en casa, no paran de animar, incluso los partidos que hemos perdido o que hemos empatado sin jugar bien, y eso es bonito.

¿Cuánto llevaba ya sin jugar en Pamplona?

-Siete años, la última en la primera temporada del Málaga. Era la primera vez que volvía después de salir como jugador rojillo y fue una experiencia muy buena. Empatamos, pero, independientemente del resultado, me quedo con todo el cariño que me transmitió la gente. Sé que está toda mi familia, mis amigos, mucha gente que conozco? Es un día muy especial. Para mí, es el partido de la temporada volver al Sadar.

¿Espera un buen recibimiento?

-Me imagino que sí. Yo salí muy bien de ahí y es el equipo de mi casa, el club en el que he estado doce años, en la cantera y en el primer equipo, y siempre me he sentido muy querido. Yo les llevo en el corazón, intento ver todos sus partidos, les deseo lo mejor.

¿Era muy rojillo de txiki?

-Sí, siempre lo he sido. A los trece años me incorporé a la cantera de Osasuna y hasta los 25 estuve ahí. Me he sentido como en casa toda la vida.

¿No descarta acabar allí su carrera?

-Es una opción, pero no me gusta, a nivel personal, pensar a largo plazo. Prefiero vivir el momento y veía que era este. Dentro de equis años veremos lo que pasa. Ahora mismo estoy centrado en la Real y luego que venga lo que tenga que venir.

Eso quiere decir que todavía le quedan muchos años...

-Gracias a Dios, me encuentro bien. Cuando empiezas a cumplir estas edades, lo que más te marca es el tema físico. Me encuentro bien, fuerte y sigo compitiendo. A pesar de que los chavales aprietan muchísimo, puedo seguir y hasta que dure...

Merino le va a poner en evidencia porque nunca oculta que volverá.

-Él salió hace muy poco de ahí. Es de Pamplona y lo más bonito es acabar la carrera en el equipo de tu ciudad.

Si Osasuna hubiese podido juntar a todos los navarros... ¡Cuidado!

-La cantera rojilla no será de las mejores, pero siempre salen muy buenos jugadores. Trabajan muy bien, cuidan muy bien a los chavales y es un club de cantera. Osasuna nunca se va a poder gastar 15-20 millones y entonces tienes que subir a un chaval de abajo y no solamente eso, sino que sube gente con nivel. Eso o lo trabajas y los tienes preparados, o se va a pique.

En Pamplona reciben bien a la Real y mal al Athletic...

-Es básicamente porque el Athletic siempre se ha llevado a los chavales de la cantera y la Real no. Hay muy buen rollo. Cuando tienes esa política, como solo puedes firmar chavales del País Vasco, pues te tienes que llevar a lo mejorcito de cada zona y eso te genera problemas. Yo entiendo que no es de agrado que te venga un club y se lleve a un chaval de doce o trece años, pero ellos hacen las cosas como consideran.

Si Aperribay ya casi os considera canteranos...

-La verdad es que hay muy buen rollo.

¿Estaba en Anoeta el famoso día en el que se salvó el equipo de Lotina?

-Tampoco he sido de viajar. Al Sadar sí que iba a todos los partidos con mi tío, pero de coger el coche a ir a ver partidos, solo un par de veces contadas: una a Zaragoza y otra a la final de Copa contra el Betis en el Calderón. Que fue una pena.

Nació en Esquiroz.

-Es un pueblito de 350 o 400 habitantes, a cinco minutos de Pamplona. He pasado toda mi vida en el pueblo. Éramos los justos para echar un partido; si se ponían enfermos dos, no se podía jugar (risas). He salido yo, ahora Unai García, su hermano Imanol? Estamos un poco locos todos.

Formó parte de una buena generación de Tajonar.

-Coincidí con Javi Martínez, aunque tiene dos años menos que yo. Y en el Promesas con Azti, Arruabarrena? Hicimos buenas temporadas en el filial, en División de Honor... Creo que ganamos un año la Liga o nos clasificamos para la Copa.

Debutó con Ziganda.

-Sí, tenía 20 años. A Cuco le tengo que agradecer muchísimo porque estuve con él en juveniles y en División de Honor; le subieron al Promesas, me subió; y le subieron al primer equipo y al año siguiente me llevó a mí. Fuimos de la mano. Y mi primer año como profesional sufrí mucho, tuve muchas infecciones de garganta, físicos... En este momento jugaba Corrales, que estaba que se salía. Hizo una temporada que destacó mucho y aún y todo jugué 19 partidos. Llegamos a semifinales de la Europa League.

Se estrenó en Hamburgo.

-Sí, subí al primer equipo y empecé de titular, pero luego llegaron los problemas. Yo no jugué bien y Corrales cuando empezó a hacerlo la verdad es que destacaba. El siguiente año empecé a ponerme un poco mejor, conseguí encender la maquinaria y el club apostó fuerte por mí. Veían que podía llegar a tener buen futuro y una vez que empecé a jugar las cosas funcionaron, completando buenas actuaciones. Y al final fueron cinco los años en el primer equipo. Todo ha pasado muy rápido.

Se fue al Málaga. No el de ahora. El del proyecto ambicioso del jeque.

-Era otro Málaga. Llevaba cinco años y en mi última campaña en Osasuna había bajado el nivel. No acabé contento de mi rendimiento. El Málaga llamó a Osasuna, que por aquel entonces vivía un poco de las ventas. Había traspasado ya a Raúl García, a Javi Martínez, a Azpilikueta? A Osasuna le encajó la oferta y el proyecto que me vendieron me ilusionó muchísimo. Y se hizo efectivo.

Estuvo un año y medio.

-La mejor etapa de la historia del club. Nos clasificamos para la Champions y fue maravilloso. Probablemente, los mejores años de mi carrera, por lo que significa llegar a un club humilde como era el Málaga por aquel momento y que había hecho una fuerte inversión. Ya se sabe que eso a veces sale bien y otras se estrellan. Todo lo que se vivió en la ciudad, con el pasaporte para la Champions, nos trataban como héroes? Fue increíble. También era la primera vez que yo participaba en la Champions. Todo era nuevo para mí.

Se libró de aquel robo de Dortmund.

-Por muy poco, porque yo me marché el último día del mercado de invierno. Deportivamente, todo parecía ir muy bien, pero la verdad es que la situación del club era preocupante. Ya habían salido jugadores, como Cazorla y Rondón. Yo fui el tercero. Después de mí hubo bastantes más. Me llamó todo un Arsenal y son situaciones que tienes que pensar rápido y a las que no puedes decir que no.

Lo jugó casi todo hasta ser capitán y celebrar seis títulos.

-Sí, seis, pero bueno, el problema es que no ganábamos los que más les gustaban. Los que querían. Fue una experiencia positiva y reconfortante que me ha ayudado mucho en lo personal, no ya en lo profesional. Salir fuera, conocer otra ciudad y otro país, con otro idioma... Y todo lo que rodea el fútbol inglés hay que vivirlo. Todos los campos llenos todos los partidos, la gente esperando a la llegada de los autobuses, es muy especial el respeto que tienen al futbolista? Se lo recomendaría a cualquier jugador.

Consiguió entrar en la lista del Mundial de Rusia.

-Para mí, uno de los mayores logros que me llevo conmigo. No jugué ni un minuto, pero solo el estar ahí, ser uno más, la presión y la tensión de los partidos, cómo se vive.... Todo lo que rodea también a un Mundial, fue maravilloso.

Hace poco leí que Azpilikueta y Monreal eran dos de los jugadores más infravalorados.

-Lleva siete años en el Chelsea, es el capitán. Puede ser que se nos haga más de menos si no has pasado por un grande de la Liga. No sé hasta qué punto nos han infravalorado. También es que somos laterales, cumplidores, de garra, quizá no muy vistosos. No somos de hacer una carrera y regatearnos a tres. O de hacer cosas técnicas que a la gente le gusta ver. Somos dos jugadores de club, que sumamos muchísimo, pero que probablemente no seamos tan vistosos como para ser más mediáticos. Los dos estamos muy contentos con las carreras que hemos hecho.

Descartado Raúl García, si la Real trae a Azpilikueta y a Javi Martínez cierra el círculo navarro...

-Sí, lo de Raúl ya se ha complicado un poco. No estaría mal (risas).

¿Cuándo tuvo claro que iba a jugar en la Real?

-Empecé a pensarlo hace un año, cuando nos reunimos con el presidente y el director deportivo, y me comunicaron que les gustaría que fichara. En ese momento ya me vi como jugador de la Real, quizá no a un corto plazo, pero sí me dio la sensación de que tarde o temprano iba a recalar aquí.

Le convencieron, porque parecía que iría al Athletic?

-No, es diferente. Siempre se ha hablado del Athletic, pero han sido más cuestiones de la prensa. Para ser sinceros, muy pocas veces se han puesto en contacto conmigo. Menos de lo que la gente piensa. No sé quien lo filtraría a los periódicos, pero la mayoría de las veces no había nada. En cambio, cuando empezó a salir lo de la Real es porque hubo una reunión en su momento y yo ya me estaba haciendo a la idea.

¿Le ha sorprendido algo?

-Me he encontrado más o menos lo que esperaba encontrarme. La Real me recuerda mucho a Osasuna en el día a día, en la gente, en cómo se vive el fútbol... Es un club de casa y es lo que pensaba encontrarme. Lo que sí me ha sorprendido es que sabía que había nivel, porque conocía al equipo y a sus jugadores, pero no esperaba que hubiera tanto. Me ha sorprendido y ahí están los resultados. Y que cuando viene el Barcelona les plantamos cara, porque hay mucho nivel.

¿Habla mucho con Aihen?

-La relación es muy buena. Desde el primer momento nos hemos entendido muy bien, nos respetamos muchísimo. Ahora mismo el míster está contando conmigo, pero le veo motivado, contento y entrenando muy bien. Solemos hablar mucho. Es un chaval espectacular y entrena muy bien. El problema es que en el fútbol solo podemos jugar once. Imanol nos lo suele comentar: jugáis once y lo estáis haciendo muy bien, porque los demás también están para tener minutos. Y él es uno de ellos. La relación es buena y sana.

¿A los 33 años se salva de las broncas de Imanol?

-No, que va, aquí no se salva ni Dios. Tampoco echa tantas como la gente puede pensar. Si te la echa es porque te la mereces. Me parece perfecto que si le tiene que dar un toque de atención, lo haga independientemente de si tiene 18 años y acaba de subir o si tiene mi edad.

¿Cómo hace para mantenerse tan en forma y jugarlo todo?

-No creo que haya hecho nada especial. Me considero un afortunado genéticamente porque puedo comer de todo y no engordo. Pero me cuido.

La conversación en Sevilla en la que le dijo que tenía que ir al baño por un apretón sería para grabarla.

-Fui jugador, pero por lo que vi no le ha pasado a él. Como todo entrenador, me pedía que aguantase y yo sabía que tenía que ir, porque me había pasado más veces. Sabía lo que había que hacer.

Comparte banda con Oyarzabal. ¡A él no le hablará de la Premier!

-A él no le digo nada, tiene que quedarse aquí muchos años. Es un estandarte y se lo ha ganado. Te sorprende menos porque ya le conoces y lleva un montón de años. Un futbolista de selección absoluta. Un jugador de club. Lo tiene todo para convertirse en el mejor jugador de la historia de la Real. Siente muchísimo la camiseta, da gusto la conexión que tiene con la afición, le quieren muchísimo y es un chaval espectacular que lo da todo cuando juega. Tiene oportunidades para salir y él decide quedarse, lo que habla muy bien de él. Jugamos juntos en la misma banda, cada vez nos compenetramos y estoy disfrutando mucho a su lado.

¿Le augura un gran futuro a esta Real?

-Sí, cuando cambias tanto, con tantos fichajes y cuenta con tantos jóvenes, no sabes muy bien cómo va a salir la cosa a corto plazo. Y, gracias a Dios, todo está funcionando muy bien. Gente joven, con muchas ganas e ilusión, y sobre todo con muchísima calidad. Hay mucho futuro.

Se vive mejor en Donostia que en Londres.

-Sí, la calidad de vida es mucho mejor. Londres es una pasada. Vivía en el centro, que es gigante. En un barrio en el que había más futbolistas, no solo del Arsenal, sino de otros equipos, como Chelsea o Tottenham. Nos solíamos juntar de vez en cuando.

La vida es más tranquila aquí.

Sí, muy tranquila. En verano sí que nos llamó la atención la gran cantidad de gente que había. Era septiembre y había muchos turistas. Yo no recordaba la ciudad así y eso que solíamos venir bastante. Es una ciudad chiquitita, pero accesible. A mí me encanta y estoy muy a gusto.

¿La familia también?

-Sí, y más vale. Cuando vienes con tu mujer y con una niña, es importante que estén a gusto y se adapten rápido. Si no se integran es cuando surgen los problemas. Mi mujer está feliz y mi niña es todoterreno.

¿Viaja a Pamplona como Merino?

-Bastante menos. Pensaba que me desplazaría más, pero no me gusta mover mucho a la niña. Se está muy bien aquí.