Pamplona - Al árbitro del partido de ayer, el catalán David Medié Jiménez, le costó un buen rato elaborar el acta del partido, en la que explicó que tomó la decisión de expulsar al entrenador de Osasuna, Jagoba Arrasate, en el minuto 77 por "protestar una de mis decisiones, gritando y gesticulando, al asistente Nº1 y al cuarto árbitro". Sin embargo, no hizo mención alguna a la tarjeta roja que también le mostró a Juan Bertó, uno de los médicos del club navarro, por saltar al campo con el balón todavía en juego para atender a Fran Mérida, tendido sobre el césped tras la acción en la que los jugadores de Osasuna reclamaron penalti en el minuto 87. Puede que se trate de un despiste o, por qué no, de un arrepentimiento.

Tampoco apuntó en el acta la amarilla que le mostró a Darko en la recta final de la primera parte, mientras que sí se acordó de la que le mostró a Aridane cuando el partido ya había concluido "por realizar observaciones de orden técnico una vez finalizado el encuentro y sobre el terreno de juego". De lo que no se va a olvidar el colegiado -tampoco sus asistentes- es de la sonora pitada y la pañolada que le dedicó la grada cuando abandonaba el terreno de juego después de una actuación que al equipo rojillo no le gustó demasiado. - D.N.