Pamplona - El año 2019 va a ir unido al nombre de Jagoba Arrasate. No sólo para el osasunismo, sino también para la sociedad navarra en general, tras la impronta, tanto deportiva como social, que el entrenador de Berriatua ha dejado durante este año. 365 días llenos de éxitos pero, especialmente, marcados por unos valores muy reconocibles. Por ello, DIARIO DE NOTICIAS le ha elegido como personaje del año 2019 en Navarra.

Jagoba Arrasate no encarna los prejuicios que existen sobre el mundo del fútbol. Más bien al contrario. Nacido en Berriatua (Bizkaia) hace 41 años y formado como educador, Arrasate llegó a Osasuna en verano de 2018 y, desde entonces, ha tenido un impacto enorme gracias a sus triunfos, pero sobre todo a los valores que ha conseguido transmitir tanto dentro como fuera del campo.

Y es que Arrasate no solo ha ganado, sino que también lo ha hecho de una manera que ha llegado a todo el osasunismo. El técnico ha conseguido formar un grupo, indistintamente de los nombres, que llega a los aficionados gracias a una valentía y a un esfuerzo innegables. Ha recuperado la histórica conexión entre la grada y el equipo que convierte El Sadar en un campo al que los rivales no quieren venir a jugar y que hace que los rojillos sumen puntos extra para lograr sus diferentes objetivos.

Además, tanto el cuerpo técnico como el equipo actual ya están en la historia de Osasuna después de batir un récord antiquísimo de partidos de Liga consecutivos sin perder en El Sadar (31). Otro hito más logrado por Jagoba Arrasate y sus huestes durante 2019 que quedará para siempre en el imaginario rojillo.

Osasuna, cuando salta al campo, es un ejemplo para todo aquel que lo vea. Y eso, en un mundo tan mediatizado por los resultados, es una victoria más edificante que cualquier triunfo o éxito deportivo. Si, además, con esos valores logras el objetivo marcado por el club, más aún. Arrasate ha devuelto a Osasuna a Primera División tras un excelente campeonato -con el título de campeón de Segunda incluido, la primera copa de un torneo oficial en las vitrinas del club- y, además, está completando un regreso a la máxima categoría muy notable, con el equipo con 23 puntos y 9 de colchón sobre la zona de descenso antes de que acabe la primera vuelta.

Todo esto sin descuidar un valor tan importante para Osasuna como es la cantera. Más allá de hacer debutar y consolidar a Moncayola, la implicación del míster es tal que conoce a una buena parte de los jugadores de la base. De hecho, según cuentan en Tajonar, es capaz de hablar sobre el juego de muchos de ellos ya que siempre que puede se asoma a ver partidos del filial y de los más pequeños.

Valores en el campo y fuera Cuando los rojillos salen al campo, todo aquel que se acerque a El Sadar o vea el partido por la tele tiene una serie de certezas. No se sabe si van a ganar, empatar o perder, pero siempre queda claro que los once de rojo se van a dejar el alma y no se van a rendir nunca. Eso se transmite de tal manera que, cuando el equipo juega en casa contra un equipazo como la Real Sociedad y va perdiendo en casa 0-3 en el minuto 30, como ocurrió en el último partido de Liga, se respira en el ambiente un optimismo casi ilógico. Pero es por la seguridad de que el equipo se lo va a dejar todo, tenga delante a quien tenga y esté como esté el partido. Y así luego pasa como contra los donostiarras, que, cuando parecía imposible, Osasuna estuvo a punto de sacar un espectacular empate incluso con un jugador menos.

Y con todos esos valores, Osasuna se ha proclamado campeón de la Segunda División, haciendo que los osasunistas se sientan orgullosos de sus jugadores. Con Jagoba Arrasate llegaba a Osasuna la normalidad, un entrenador muy alejado de los vicios y costumbres del fútbol moderno y que prima por encima de todo el trato hacia las personas.

Por otra parte, Arrasate ha demostrado durante esta temporada ser un líder positivo. Cuando las cosas van bien (como casi siempre han ido este 2019), siempre reparte méritos entre sus ayudantes y otros miembros del club, como Braulio Vázquez, el director deportivo, y sus ayudantes. En cambio, cuando algún partido no sale como le hubiese gustado, la autocrítica (incluso ganando) siempre está presente en sus palabras.

Un entrenador implicado Jagoba Arrasate vive en Navarra y es un miembro más en su sociedad e intenta aportar. Además, ya es padre de un navarrico después del nacimiento este año de su hijo Niko. Va a ser difícil encontrar un técnico que se involucre tanto en el club como en la sociedad navarra. El entrenador de Berriatua no es el típico que realiza su trabajo y se va. Más allá de su disponibilidad total tanto con aficionados como con medios de comunicación, Arrasate siempre está especialmente sensible cuando se le requiere para cualquier acto social.

No hace muchos días estuvo presente en un coloquio sobre el fútbol, los valores que puede transmitir y temas sociales. También ha llamado mucho la atención en este mundo polarizado su relación con los técnicos vascos rivales, con los que se fue a cenar poco antes de los derbis de una manera muy natural para cinco personas que mantienen una gran amistad.

Otro aspecto donde Arrasate ha destacado desde su llegada es en dar normalidad al uso del euskera. Además de utilizarlo en todas las ruedas de prensa, es muy recordado el bertso con el que se atrevió desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona en un momento tan histórico como la celebración del ascenso.

El deporte muchas veces parece que puede quedar a un lado sobre lo que puede aportar a la sociedad, pero Jagoba Arrasate demuestra día a día que, si se quiere, se puede, y que pueden ser una influencia muy positiva. Por eso es nuestro personaje de 2019.