PAMPLONa - Tomás López, excontable de Osasuna, reflejó ayer la tensión de tesorería del club a diario y resumió que el estado financiero del club “no es que fuera un descontrol sino que las juntas directivas anteriores a la llegada de Archanco habían abocado al club a un punto de no retorno. Las plantillas que se habían confeccionado en temporadas anteriores eran desorbitadas para el club y eso acabó en que todo el que vino después emprendió una huida hacia adelante”, afirmó López. El excontable fue preguntado por las salidas de dinero de la caja fuerte del club, que se hallaba en la entreplanta del club y que se nutría de tres fuentes de financiación: el dinero de las taquillas, la tienda del club y la liquidación de socios. De allí, en junio de 2013, le faltaban por justificar 188.684 euros de cantidades que habían salido en metálico de dicha caja y de los que nadie había aportado documentación. “Pedía justificación por las salidas de dinero y nadie me decía nada”, señaló López. “Me pedían dinero en efectivo y no me decían para qué era, yo lo fui anotando como entradas de dinero en otra caja contable para saber el dinero que iban pidiendo los directivos y que estaba pendiente de justificación”, añadió. López precisó que “normalmente” era el entonces gerente Ángel Vizcay el que le pedía el dinero en efectivo, aunque él entendía que la orden procedía de una decisión de la junta directiva. Además, señaló que no sabía el destino final de ese dinero en efectivo y que no tiene “ni idea” sobre posibles amaños de partidos. Por último, sobre el préstamo de 600.000 euros de Osés, cuñado del directivo Purroy, López manifestó que ese dinero “no se contabilizó. Vizcay solo me dijo que había que devolver un dinero y como eran movimientos tan extraños de dinero decidí cubrirme las espaldas”. - E.C./J.L.