n el Espanyol, la crisis deportiva viene de largo ya que el partido de la primera vuelta con Osasuna en Cornellá, en el RCDE Stadium, supuso otro de los golpes en el equipo del que, además de sus consecuencias a medio plazo, todavía intenta salir. Los rojillos se dieron una fiesta firmando una victoria espectacular (2-4) -la visita fue el 1 de diciembre y corría la 15ª jornada del campeonato-, como no se recordaba en Primera División desde hace tiempo. Los rojillos se repusieron al gol de penalti a los veinte minutos obra de Marc Roca y, en un segundo tiempo vibrante, remontaron con goles casi consecutivos de Rubén García (m.46) y Chimy Ávila (m.49) y sentenciaron con la obra de arte de Moncayola (m.84), aquel gol en una arrancada colosal. Aún marcaría Torres otro gol en el minuto 92, de penalti, y Calleri maquillaría el horror para los locales un minuto después.

El encuentro dejó maltrecho al nuevo entrenador, Pablo Machín, y tocada a la plantilla, que salía muy mal parada después de dos compromisos seguidos en su estadio en el que sólo habían logrado rescatar un punto -el del empate con el Getafe-. El Espanyol había destituido a David Gallego en octubre y entregado la confianza al nuevo técnico. Machín, un entrenador que se había ganado su fama en el Girona, volvía a estar al frente de un equipo tras un paso menos brillante el curso anterior por el Sevilla.

Que la situación no era fácil en el Espanyol lo iba a conocer muy pronto y el partido con Osasuna fue el primer torpedo para su continuidad. No solo se cayó con estrépito en el terreno de juego, sino que la derrota tuvo su extensión en los vestuarios. En un ambiente enrarecido, porque mes y medio después de su llegada al equipo los resultados seguían sin llegar, Machín decidió señalar a los jugadores y ofreció una conferencia de prensa durísima, tachando de pipiolos a sus futbolistas. "Quizás nos pensamos que somos más de lo que en realidad somos", dijo. "Necesitamos tíos de verdad, que sientan lo que es Primera, que hayan vivido situaciones jodidas, no podemos ir de pipiolos, todos nuestros oponentes son futbolistas de verdad", afirmó. "Asumo toda la responsabilidad, estoy enormemente jodido como el que más. Yo no soy quien compite hombre a hombre. Este domingo no se ha visto el equipo Made in Machín, podemos haber dado tres pasos hacia atrás".

Tres jornadas más tarde, tras otra derrota en Leganés en (2-0), el técnico fue destituido. Abelardo busca sacar al equipo del atolladero.