Osasuna ha cerrado con un punto en tres partidos su reaparición en la Liga tras el confinamiento por la pandemia. Un punto -el del empate inicial ante la Real Sociedad, porque a éste siguieron las derrotas ante el Atlético de Madrid (0-5) y el Valencia (2-0)- en los tres duelos ante rivales de la zona alta de la tabla.

Pese a tan exigua renta (y al duro balance de un solo gol a favor y ocho en contra), el equipo de Jagoba Arrasate sigue igual en lo que se refiere a la distancia con las plazas de descenso, ya que mantiene el colchón de 9 puntos con el que se fue al parón forzoso.

El motivo es que tanto el Mallorca como el Leganés tienen ese mismo balance de un solo punto (fruto, además, del empate entre ambos equipos en la jornada que concluyó ayer).

Bastante mejor le ha ido al Espanyol, que ha sumado 4 puntos, pero que venía de tan abajo que continúa ocupando la última plaza.

Nueve puntos de diferencia cuando ya solo quedan ocho jornadas para la conclusión de la temporada, y cuando a Osasuna le llega la hora de la verdad en esta Liga, ya que de esos ocho partidos, cinco serán contra adversarios que tiene por debajo en la tabla. Tres de ellos en los próximos días: Alavés, Leganés y Eibar. La ocasión (y la obligación) de sentenciar la salvación.

Después tocará jugar contra el Getafe (que ha regresado con solo 2 puntos en tres jornadas, pero sigue en plazas de Liga Europa) y nuevamente dos encuentros contra adversarios directos: Real Betis y Celta de Vigo.

Osasuna terminará con la visita al Camp Nou, contra un Barcelona que quizás aún esté en plena pelea por el título, y recibiendo al Mallorca, en un partido en el que es de esperar que el equipo navarro esté ya salvado, porque en caso contrario podría ser dramático.

Cabe pensar que a Osasuna apenas le faltan puntos para garantizar la permanencia en la máxima categoría, pero no es cosa de ir dejando para el final el trabajo de sumarlos.