Como avanzó Braulio Vázquez, director deportivo de Osasuna, en la conferencia de prensa que ofreció el pasado lunes para valorar la excelente temporada completada por el conjunto navarro, el club tiene como prioridad mantener el bloque para el curso venidero, el de su centenario, y reforzarse en determinadas posiciones: en el lateral izquierdo, para paliar las marchas de los cedidos Pervis Estupiñán y Toni Lato; en el centro del campo, para tener un mediocentro más posicional y defensivo que la pléyade de futbolistas de la actual plantilla que se manejan en la zona pero con perfiles más ofensivos; y en la delantera. Y será precisamente en esta última posición, la de ataque, en la que Osasuna prevé realizar su desembolso más elevado durante el mercado veraniego. Principalmente porque el gol vale dinero.

"En la parte de arriba buscamos dar un salto para mejorar", dijo Braulio hace una semana, afirmación que vino con una explicación. La teoría dice que Osasuna parece sobrado de delanteros. Chimy Ávila, Enric Gallego y Marc Cardona están confirmados para el próximo curso, a la espera de ver qué ocurre con Juan Villar, que vuelve tras su cesión al Rayo, y Adrián, que ha finalizado contrato y podría seguir si acepta reducir ostensiblemente sus emolumentos caso aparte es el de Brandon, con una lesión grave de rodilla y que se quedará en Girona si el club catalán logra el ascenso. Sin embargo, el director deportivo matizó que "no podemos darle toda la responsabilidad a Chimy después de una lesión de cruzado; quiere jugar ya, pero hay que tener paciencia".

Por todo ello, Osasuna lleva tiempo oteando el mercado. El rastreo no se ciñe exclusivamente a la Liga española, sino que también se extiende a campeonatos de otros países. En cualquier caso, como la prioridad de Osasuna es dar un salto de calidad en ataque y el mercado se antoja complejo por la influencia de la pandemia de covid-19 en las economías de los clubes, en la entidad rojilla tienen claro que el proceso para reforzarse va a ser largo.