Osasuna ha tenido una jornada de reflexión antes de regresar este lunes a los entrenamientos y, con ello, intentar insuflar un aire distinto al ánimo, obligatoriamente bajo pero obligado a restaurarse, recomponerse. Los rojillos se entrenan en Tajonar y mañana, día del partido, la expedición viaja hasta Sevilla en vuelo chárter desde la capital navarra.

El partido de Copa frente a la UD Tomares (19.00, DAZN) es un trámite que fundamentalmente se juega lejos -va a alterar entre la semana la dinámica de trabajo en Tajonar-, que se debe superar sin pestañear -el rival es de la División de Honor sénior andaluza, una categoría más baja que la Tercera División- y que va a suponer que otros jugadores tengan su oportunidad. La puerta que se abre en la Copa suele ser un estímulo para los menos habituales y si éstos cumplen con su misión, debe repercutir en la competitividad en el grupo, que es sinónimo de mejoría porque le supone alternativas para el entrenador.

Arrasate tiene un buen puñado de jugadores que han estado en un segundo plano hasta ahora en la Liga y que tienen que salir mañana a darle la clasificación para la siguiente ronda y otorgarle descanso a otros integrantes del plantel, porque hay un partido vital el sábado. Los chavales que se entrenan con el primer equipo y cabalgan también con el Promesas tendrán su aportación apreciable en este encuentro porque por categoría y ritmo están por encima de este animoso grupo de futbolistas aficionados, muy ilusionados, pero a quienes las dimensiones del estadio de La Cartuja, el escenario del partido, les tiene que suponer un mundo.

Futbolistas como el meta Rubén Martínez, los defensas Raúl Navas y Unai García, Kike Barja, Enric Gallego, Brandon o los jóvenes Javi Martínez, Saverio, Asier Córdoba y Aimar Oroz deberían tener su presencia y minutos.

La RFEF ha autorizado a la UD Tomares para que puedan acceder al estadio de La Cartuja hasta 400 seguidores, por lo que la entidad se encuentra en conversaciones con los responsables del estadio de La Cartuja, que serán los que tengan la última palabra. La provincia de Sevilla se encuentra en nivel 3 y ello posibilita el aforo de hasta 400 espectadores en los recintos deportivos abiertos y de un máxima de 200 espectadores en las instalaciones cerradas.

La Copa, que sin empezar ha perdido casi todo su interés -lo que salga bueno de aquí en lo deportivo es muy relativo, más allá de que se activarán unos cuantos jugadores más-, se va a meter en la dinámica de este Osasuna necesitado en la Liga porque el torneo se lanza a liquidar eliminatorias durante enero y febrero. Mientras sean ante un rival de categoría inferior, las eliminatorias se disputarán a partido único en su estadio. La segunda ronda se jugará el 6 de enero, los dieciseisavos de final el 16 de enero -20 de enero los equipos de la Supercopa de España- y los octavos de final el 27 de enero. Los cuartos de final se jugará el 3 de febrero y será la última eliminatoria a partido único, ya que las semifinales será el 10 de febrero y el 3 de marzo. La final queda para el 17 de abril. Es decir, avanzar es engordar el calendario, y por ahora se trata de ponerse fino.

El árbitro del colegio madrileño Valentín Pizarro Gómez será el encargado de dirigir el encuentro de mañana.