Las ocho lámparas gigantes que Osasuna le compró a la empresa holandesa SGL System para mantener la hierba de El Sadar en buen estado ante la llegada del invierno, así como el ímprobo trabajo que durante toda la jornada de ayer realizó un equipo compuesto por unos 40 operarios, dedicado en exclusiva a retirar la nieve que se iba acumulando sobre la hierba del estadio, resultaron claves para que se pudiera celebrar el partido entre el conjunto navarro y el Real Madrid a la hora fijada, las 21.00. Y todo, pese a la virulencia con la que la borrasca Filomena castigó a Pamplona casi desde el amanecer.

A pesar de que se había especulado durante toda la semana con la posibilidad de que el encuentro de ayer no se disputara por culpa de la nieve -sobre todo desde Madrid, donde sí hubo que suspender algunos partidos de Primera y Segunda División-, lo cierto es que el club navarro demostró estar muy bien preparado para que el partido no sufriera ningún retraso.

La profecía que lanzó el director general de Osasuna, Fran Canal, apenas cuatro horas antes del inicio del partido y cuando más nevaba en Pamplona, se cumplió. "El terreno de juego se encuentra bien y a las 9 de la noche lo tendremos recuperado. Se podrá jugar", soltó el gallego en los micrófonos de Gol cuando todavía eran las 17.30 horas.

Canal también aprovechó para sacar pecho de las lámparas gigantes que el club adquirió recientemente para cuidar el césped del estadio. En total fueron ocho las que funcionaron a todo trapo para impedir que la nieve estropeara un campo que lució una imagen espectacular durante el encuentro, pese a las críticas de Zidane al término del mismo. No obstante, el director general de la entidad navarra precisó que las lámparas estaban preparadas para cubrir el 30 % del césped. Del resto, también de mover las lámparas de un lado a otro, se ocuparon 40 operarios a los que Osasuna recompensó con un punto.