Justo en la jornada en la que dos de los acompañantes de Osasuna en este tortuoso viaje (Alavés y Huesca) han cambiado de entrenador, los rojillos han tirado por la borda buena parte de la ilusión generada en las últimas semanas. Ilusión, que no puntos.

Sinceramente creo que la experiencia propia rojilla y ajena de otros invita a no tomar decisiones. Se valorará a final de temporada, pero la continuidad del proyecto es necesaria para poder llegar a buen puerto. Esto de buscar cambios drástricos a estas alturas no es lo más oportuno y creo que todos en el osasunismo seguimos pensando que el hombre para darle la vuelta es Arrasate.

Eso no impide que el partido de Granada sea un golpe bajo para la rojez. El equipo no dio malas sensaciones, directamente no dio. No hubo pulso. Durante los primeros 20 minutos del partido, los aficionados fueron castigados con un partido tremendamente tedioso. Parecía alguno de Diego Martínez en Pamplona, pero en este caso en el lado contrario.

Pero la diferencia estuvo en la mordiente. No nos engañemos, Osasuna sigue amordazado. No se sabe si es un asunto sicológico (nada descartable) o qué. Pero Luis Suárez coge un balón en el área y va a por él para rematar. En la segunda parte, entre los mil globos aéreos con poco sentido, un par siguieron el guión del primer gol local con la diferencia que ningún rojillo mostró esa ferocidaz para ir a por ese esférico y darle con toda el alma.

El final del partido fue de esos de olvidarlos pronto para evitar problemas a la hora de dormir. Osasuna dio síntomas de frustración ante un equipo que domina el otro fútbol como nadie. Meterle dos goles al Granada en una mitad es algo bastante improbable. Si no te lo impiden con su muy buena defensa, paran el juego con diferentes acciones para evitar que cojas el ritmo adecuado.

Eso pasó en el inicio de la segunda mitad. Los rojillos tuvieron unos momentos de apretar a la portería andaluza pero apenas duró cinco minutos. Osasuna sale muy tocado del partido de Granada, es una realidad. Y no poco. Pero, como dijo Jagoba, "esto lo sacamos entre todos".