Una pregunta, ¿alguien ha visto alguna vez a un navarro tirar una copa? Como mucho se les caen, pero nada de tirarlas. Y esa filosofía la lleva también Osasuna en este campeonato copero. Osasuna dio muy buena imagen desde el principio, con las ideas claras y con nombres propios.

El primero, por obviedad, es el de Javi Martínez. Se rumoreó a principios de mercado que tal vez Osasuna buscase un mediocentro diferente a lo que tenía, más constructor. Entre las lesiones de Darko y Torró se ha abierto un huequecito para otro jugador. Pero, como ha pasado muchas veces en la historia rojilla, la solución estaba en casa. Que el jugador de Ólvega lleva años destacando en la cantera de Osasuna no es noticia. Que su físico en la elite despertaba ciertas dudas, también. Poco a poco va quitando esas dudas y ya está dentro de la rueda de jugadores con los que cuenta Arrasate y parece que sigue el mismo camino que Moncayola. Sin prisa, pero sin pausa. Su gol en Cornellá lo tiene todo. Su clase característica pero también un trabajo que ha ido añadiendo en los últimos tiempos.

Otro que también sobresalió, como toda la Copa, es Kike Barja. El extremo es el segundo máximo goleador de la competición, pero parece que en Liga no termina de entrar en el once rojillo. Su electricidad y, especialmente, su capacidad goleadora desde segunda línea puede llegar ser muy útil.

También toca destacar a dos debutantes. Juan Pérez y Manu Sánchez. El primero sigue en su línea: cada vez que sale lo hace bien. Y no es fácil cuando se toca el verde de ciento a viento. ¿Tal vez, si se tiene dudas en la portería, es momento de que ya salga su nombre a relucir? De momento se ha ganado otro partido de Copa.

El que impactó desde el comienzo fue Manu Sánchez. Juan Cruz tiene competidor. El cedido por el Atlético de Madrid demostró su capacidad para ayudar al equipo con el balón, pero aún queda por ver cuando el equipo sufra sin él.

Pero no fueron solo nombres, el equipo dio una muy grata sensación jugando contra el líder de Segunda que posee jugadores de alto nivel. Solamente alguno dejó algunos detalles que llaman a la preocupación, especialmente ambos delanteros, pero por motivos diferentes. A Gallego se le ve luchar pero sin acierto alguno mientras que Budimir está desconectado del juego.

Aún y todo, en una época complicada, está claro que tomarse una copa ha sido sanadora.