- Es difícil que dos entrenadores que se conocen tan bien puedan sorprender el uno al otro. Arrasate y Mendilibar dibujaron un 4-4-2 (Osasuna venía repitiendo con el 4-1-4-1), con dos delanteros de brega y envergadura, con mucho músculo en el doble pivote y juego directo desde atrás buscando las prolongaciones y segundas jugadas. Donde Arrasate superó a Mendilibar fue en la eficacia que aportaron sus cambios.