Hace un par de meses, con 13 puntos y hundido en el penúltimo lugar de la clasificación, no se veía el modo de que a Osasuna le salieran las cuentas de la salvación, porque una reacción monumental o una segunda vuelta infalible no suele ser cuestión habitual, y menos aún en medio de una plaga de lesiones y dudas en el juego. Dos meses después, el cambio radical le permite al equipo de Arrasate pensar, todavía con tres meses de competición por delante, en las cuentas para una hipotética salvación. No se trata de relajarse a partir de que el trabajo está adelantado, sino otear el horizonte desde el promontorio de los 28 puntos y sacar unas cuantas conclusiones.

Si la barrera de los 40 puntos se sostiene como frontera, más o menos, para la consecución de la permanencia, Osasuna la tiene a tiro de cuatro victorias -12 puntos-, o la combinación de resultados que se quieran hasta el logro de esa cifra que se toma de referencia para la salvación. En el club, esos dígitos, los 40, son los que se contemplan también como renta suficiente para la permanencia. José Luis Mendilibar, extécnico de Osasuna que lleva el timón en el Eibar, se aventuró a decir hace unos días que esa cifra iba a ser inferior, y la situaba en un dos o tres puntos menos.

Osasuna tiene 13 encuentros por delante para conseguir doce puntos lo que presenta un escenario en absoluto imposible, al contrario. Los rojillos tienen en casa partidos frente a rivales directos en la pelea por permanecer en Primera como son el Valladolid, Getafe, Valencia -el equipo de Javi Gracia está en todo el meollo de la zona próxima a los apuros-, Elche y Cádiz -también deben pasar por El Sadar Barcelona y Real Sociedad-; mientras que debe rendir visita a campos como el del Huesca -este mismo mes- o Celta, como salidas más propicias porque lejos de casa se debe jugar en los terrenos del Villarreal, Real Madrid, Athletic y Atlético de Madrid.

Desde el descenso de Osasuna en la temporada 2013-14, que lo hizo con 39 puntos, todas las salvaciones han estado más baratas que los dichosos 40 -en ese curso se salvó el Almería con esa cifra-. En la 2014-15, la permanencia se cobró con 35 puntos -al Elche lo descendieron administrativamente con 41-; en la 2015-16, el Sporting se salvó con 39 -un punto más que el descenso directo de ese año-; en la Liga 2016-17, el Leganés se quedó en Primera al obtener 35 -Osasuna bajó con 22 puntos siendo penúltimo en aquella campaña aciaga y el Sporting, el tercero por la cola llegó sólo a 31-; en la 2017-18, el Leganés se salvó con 43, pero es que el tercero por abajo se fue a Segunda con un puntuación de birria, 29 puntos -el Deportivo-; en la 2018-19 fue el Celta el cuarto por la cola y firmó 41 puntos -el Girona fue el antepenúltimo y sumó 37-; y en la temporada pasada, el Celta volvió a salvarse esta vez por los pelos, con 37 puntos, porque el Leganés se marchó a Segunda con 36. Es decir, con 40 puntos el billete de la próxima Primera División está sacado. En esas cuentas anda Osasuna.