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Juez de línea

El relevo generacional

El relevo generacional

demás de devolver a Osasuna a Primera, darle continuidad en la categoría y recuperar su versión más fiel, Jagoba Arrasate tiene también el reto inminente de renovar el equipo. No es que la plantilla se haya hecho vieja, pero llega inexorablemente ese momento en el que jugadores de más edad van cediendo minutos para que otros más jóvenes acumulen experiencia. Este trabajo es especialmente sensible en lo que concierne a los futbolistas de la casa, puntos de consistencia en la columna vertebral del equipo. Y en este planteamiento el partido de ayer es una referencia a tomar en cuenta dentro de ese cometido que debe afrontar cualquier entrenador que piense más en el futuro de la entidad que en el suyo propio aunque las dos cosas vayan de la mano. En Villarreal, Arrasate presentó en el once de inicio a Moncayola (22 años), Barja (24) y Javi Martínez (21), tres referentes de la cantera de Tajonar. Tres chavales que han llegado a la plantilla profesional por diferentes caminos y a distintas velocidades. Alguno como Moncayola por sorpresa incluso para los habituales de Tajonar y otro, como Barja, superando reticencias de entrenadores y lesiones. Ayer, la presencia de los tres en el campo contrastaba con la suplencia de Oier (34 años) y Roberto Torres (32). Este reparto de papeles de titulares y suplentes lo hemos visto antes de hora a lo largo de este curso, lo que viene a confirmar que el proceso se ha iniciado y continúa adelante. Nada más lejos de mi intención el dar a entender que Oier y Torres van regalando sus últimos coletazos; al contrario, Osasuna necesita de su presencia en el campo y en el vestuario y todavía les quedan por delante muchos partidos en los que dictar lecciones de fútbol y de osasunismo. Pero es bueno, y obligado, pensar que nadie es eterno y que las fuerzas tienen un límite. Arrasate, a veces excesivamente cauteloso cuando pedimos más presencia en el equipo de gente de la casa, creo que es consciente de esta parte de su trabajo, de no dejar que el cortoplacismo de los resultados ponga barreras al futuro. Suya fue la apuesta por Moncayola, un chico que venía bien pero no destilaba el brillo de Javi Martínez en las categorías inferiores. Hoy, Osasuna tiene en el centrocampista de Garinoain una referencia en el campo, un futbolista resolutivo y un suculento ingreso económico a medio plazo. Monca, llamado a ser líder de este equipo, está sin embargo más lejos cuanto mejor juega. Si nos fijamos bien, Arrasate también tiene peso en el asentamiento de Barja como titular: confió en él en Segunda y le ha dado su tiempo después de superar la grave lesión de rodilla. Lo que le queda al entrenador es encontrarle su sitio a Javi Martínez, porque el chaval tiene entidad de futbolista de Primera.

Con jóvenes y veteranos, Osasuna sumó ayer los puntos que le colocan a las puertas de la permanencia. Pero jugar en Primera, no lo olvidemos, pone muy alta la exigencia a la cantera y, por decirlo todo, el Promesas ha enseñado poco en esta temporada. Diego Moreno, Iker Benito, Aimar Oroz y el esperado Herrando son parte del escuadrón del cambio generacional. Pero no les van a regalar nada y menos Arrasate. Un entrenador, este sí, sin fecha de caducidad.