Por motivos que solo existían en sus cabezas -la falta de neuronas deja sitio para muchas cosas, ninguna buena-, un montón de culés tuiteros le tenía ganas a Asier Villalibre por haber tocado la trompeta en la celebración de la Supercopa. Sin meterse con nadie, sino para sus compañeros. Y ni siquiera les ablandó la imagen que se pudo ver el sábado del delantero aplaudiendo con respeto al Barça campeón de Copa, en vez de irse al vestuario. Y, claro, fueron a por él. Y no nos referimos a los buenos chistes, que alguno hubo, sino a los insultos y al desprecio€ Dicen los expertos que Villalibre no es precisamente un fino estilista, pero futbolistas como el Búfalo -todo coraje y siempre dándolo todo, vaya el equipo ganando o perdiendo por cuatro goles-, siempre en nuestro equipo. Solo quien sabe perder sabe ganar, y este fin de semana había en Twitter un montón de forofos que ni lo uno ni lo otro.