Roberto Torres y Rubén García se preparan para afrontar una temporada especial para ambos, pues cumplen diez años en el fútbol de élite. El primero lo hace siendo uno de los capitanes del equipo de su tierra, mientras que el segundo es uno de los pilares de este Osasuna, además de ser uno de los jugadores más aclamados por la afición y de mostrar, en numerosas ocasiones, que se encuentra asentado tanto en la ciudad como en el equipo.

Roberto Torres debutó con el primer equipo de Osasuna en las últimas jornadas de la temporada 2010/2011, sumando 38 minutos que le computaron en las estadísticas. Pero no fue hasta la pretemporada siguiente cuando comenzó su andadura en el primer equipo. Un camino que le ha llevado a convertirse en un one club man con 292 encuentros ligueros entre Primera y Segunda División, a los que habría que sumar 22 encuentros correspondientes a la Copa del Rey, así como otros tantos partidos amistosos disputados en esta última década.

Su primer gol como rojillo llegó en la temporada en la que comenzó a asentarse en la plantilla. El 1 de junio de 2013 Osasuna cayó derrotado en el Santiago Bernabéu (4-2) siendo uno de los tantos rojillos el primero de los 56 que ha logrado entre Primera y Segunda División.

El centrocampista de Arre se asentó de manera definitiva en Osasuna en la temporada 2013/2014. Torres participó en 33 encuentros ligueros bajo las órdenes de Mendilibar (duró tres jornadas en el banquillo) y de Javi Gracia, y no pudo evitar el descenso de categoría. Sin embargo, con la retirada de Patxi Puñal, Roberto Torres heredó el 10 rojillo. Sabadell será uno de los peores momentos del canterano con la camiseta rojilla, con la que después vivió su primer ascenso y ahora atraviesa por un buen momento, siendo uno de los capitanes del centenario.

Entre el césped y el monte

Entre el césped y el monte

A Rubén García le bastó una temporada para guardarse a la afición rojilla en el bolsillo. El valenciano, que llegó cedido hace cuatro veranos por el Levante, tuvo un aterrizaje sencillo, pues fue uno de los pilares del equipo del ascenso, siendo uno de los jugadores coreados por el público en la celebración del título de la categoría de plata.

Su gran nivel mostrado bajo las órdenes de Jagoba Arrasate le obligaron a Osasuna a negociar su compra con el Levante, el club que le ha visto crecer y con el que comenzó su andadura en el fútbol profesional. En Buñol, la Ciudad Deportiva del Levante, Rubén García pasó cinco campañas, en las que vivió partidos de Europa League, un descenso a Segunda División y un posterior regreso a Primera, antes de salir cedido al Sporting de Gijón, su destino antes de llegar a Osasuna, donde suma 108 participaciones entre todas las competiciones y donde puede presumir de ser el goleador en la victoria del partido del centenario, ante el Athletic de Bilbao.

Pero más allá del fútbol y de lo que aporta a Osasuna, a Rubén García se le ha visto asentado en Navarra, tal y como ha mostrado en numerosas ocasiones en sus redes sociales. El valenciano se ha vuelto un aficionado al monte y no deja cima sin asaltar.

Rubén García y Roberto Torres celebran una década en el fútbol de élite. Y a ambos les queda cuerda para rato.