En un párrafo

esde que Rusia se anexionó Crimea en 2014, y más con la que se está liando ahora mismo, las autoridades de todos los deportes hacen lo posible y lo imposible para evitar duelos internacionales directos entre Rusia y Ucrania. Pero, claro, eso se puede lograr en un sorteo de fase previa, pero no en los posteriores cruces. Y, así, las selecciones de ambos países se midieron ayer en el Europeo de fútbol sala. Por suerte (no, mucho mejor, porque el deporte trasciende esas miserias), ambas selecciones emitieron mensajes inequívocos de que no iban a la guerra sino a buscar un billete para la final. Y tampoco había la masa crítica de público necesaria para que hubiera incidentes en las gradas (otra cosa más peligrosa hubiera sido en fútbol), y el partido solo fue un partido (y, por cierto, un gran partido, que ganó Rusia por 2-3, no sin apuros). Y aquí paz y después gloria, y ojalá cundan ejemplos como ése.