Osasuna juega esta tarde a partir de las 14.00 horas contra el Alavés y lo hace al abrigo de El Sadar, escenario en el que busca su tercera victoria consecutiva como local ante el colista Alavés. Los rojillos vienen de ganar en su feudo a Villarreal (1-0) y Levante (3-1), pero sin olvidar las goleadas que han encajado en sus dos desplazamientos más recientes (4-0 en el Camp Nou contra el Barcelona y 4-1 en Sevilla contra el Betis), por lo que el encuentro de hoy se convierte en una buena oportunidad para ofrecer una mejor imagen ante sus aficionados y brindarles de paso una nueva victoria.

A la espera de la confirmación matemática de una permanencia que ya es virtual, el conjunto navarro quiere volver a sumar para engordar su casillero de puntos, en el que ya hay 38, cifra con la que ningún equipo ha bajado a Segunda en los últimos cinco años y que le permite disponer de una renta de 10 puntos con la zona de descenso.

Los rojillos quieren demostrar ante el Alavés que lo que ocurrió el pasado domingo en el Villamarín contra el Betis no fue síntoma de que el equipo haya bajado ya los brazos por tener el objetivo de la salvación casi asegurado, sino un accidente ante uno de los equipos de la parte alta de la clasificación. Para ello, Arrasate cuenta con la baja por lesión de Juan Cruz, que ha sido titular en el eje de la defensa en las últimas 15 jornadas, por lo que está obligado a realizar al menos un cambio en su once inicial, aunque el técnico ya anunció ayer que prevé hacer más.

Aridane y Unai aparecen como candidatos a ocupar la vacante que va a dejar el madrileño, que llegó a Pamplona como lateral izquierdo pero que ahora ejerce de central, mientras que Cote y Javi Martínez también tienen muchas papeletas de hacerse un hueco en la alineación en detrimento de Manu Sánchez y Darko. Sin embargo, el entrenador de Osasuna no dio ayer más pistas sobre sus planes, insinuando incluso un posible cambio de sistema.

El Sadar, donde se podrá comer y beber después de que se hayan relajado las restricciones derivadas de la pandemia de covid-19, vuelve a recibir a un colista. Si hace tres semanas lo era el Levante, ahora lo es el Alavés, que llega a Pamplona sin Mendilibar, con nuevo entrenador y con la obligación de ganar para seguir soñando con la permanencia.