uropa, pasta y honor. Estos son los nuevos objetivos que se ha fijado Osasuna para el tramo final de una temporada en la que, con 44 puntos en 32 jornadas, ya ha alcanzado su principal meta: su tercera permanencia consecutiva en Primera División, virtual desde hace ya unas cuantas fechas y que ya a partir de la próxima jornada se puede convertir en matemática cuando todavía restan seis para la conclusión del campeonato. Un hito mayúsculo.

Lo que se ha puesto ahora Osasuna, más que objetivos son retos. Y no precisamente en el orden arriba expuesto. Porque la afición sueña con regresar a una competición europea, ilusión tan lícita como compleja de cumplir, pues los rojillos ocupan ahora la novena plaza (tras adelantar el sábado al Valencia) y se encuentran a cinco puntos del Villarreal, semifinalista de la Liga de Campeones y séptimo en la clasificación, plaza que daría acceso a la novedosa Conference League sólo en el supuesto de que el Betis ganara el próximo sábado la final de la Copa del Rey y terminara la Liga entre los seis primeros. Muchos condicionantes y muchas dificultades (el Athletic, octavo, también está inmerso en la pelea) para un Osasuna que, eso sí, cuanto más arriba quede en la tabla, más ingresos por los derechos televisivos recibirá el próximo curso.

Y es que la cuestión económica también pesa. No en vano, según el último reparto del dinero de la tele en función de la clasificación de la temporada pasada, la diferencia entre quedar décimo y noveno (el salto que dio ayer el conjunto navarro gracias a su triunfo en Mestalla) fue de casi 900.000 euros, distancia que resultó aún mayor entre ser noveno y octavo (1.750.000 euros), y qué de decir de los más de cinco millones que separaron la octava de la séptima posición. Es decir, cifras nada desdeñables para un club modesto como Osasuna y que le vendrían de perlas, más aún teniendo en cuenta que la deuda neta del club superaba los 50 millones de euros a finales del año pasado.

También deben incluirse en esta ecuación los objetivos colectivos e individuales, porque no es lo mismo terminar en un puesto que en otro, como tampoco lo es marcar cinco goles que seis, cifra que en Mestalla alcanzaron el Chimy Ávila y Budimir, pichichis rojillos en lo que va de Liga. También Oier celebró su titularidad en Mestalla cuatro meses y medio después de su última aparición en un once inicial, circunstancia que alegró al capitán tanto como el triunfo. Su frase "esto es de todos" para referirse a la victoria que consiguió el equipo en Valencia se convierte en el mejor resumen.

Y luego también está el honor del entrenador y de los jugadores. En el caso del técnico, que hace escasas fechas amplió su vinculación con Osasuna hasta junio de 2024 (su anterior contrato expiraba a la conclusión del presente ejercicio), porque tiene la posibilidad y la obligación de mantener intacta la ambición de un bloque con el que, dependiendo de cómo se desarrollen los acontecimientos en el mercado de verano, va a afrontar su quinta temporada consecutiva en el mismo banquillo con el reto de volver a mantener al equipo en la máxima categoría y quién sabe si algo más, lo que también va a depender de las transacciones de futbolistas que se puedan producir en la temporada estival. Y en el caso de los jugadores, porque unos quieren seguir siendo fijos en los planes de Arrasate, que esta temporada ha repetido alineación hasta en seis ocasiones (apuesta poco habitual desde que se sienta en el banquillo del conjunto navarro), y otros buscan ese espacio que no han tenido o que han perdido con el paso del tiempo.

"Si ganamos al Valencia, podemos pensar en otras cosas", dijo Arrasate tras derrotar al Alavés y antes de visitar Mestalla. Osasuna ha cumplido con la primera premisa que puso el técnico, al que en ningún momento se le ha escapado en público la palabra Europa, pero que parece haber dado con la tecla para motivar a su plantilla y para ilusionar a la afición. La visita del Real Madrid a El Sadar del próximo miércoles se convierte en el mejor acicate para continuar peleando hasta el final. Por Europa, por la pasta y por honor. El tiempo y cada cual marcarán o elegirán la prioridad de los nuevos retos de Osasuna, cuyo objetivo de la permanencia, no hay que olvidarlo, ya está cumplido. Con creces y con más premura que nunca.

Osasuna es noveno con

44 puntos y está a cinco

del séptimo, puesto

de Conference League sólo si el Betis gana la Copa

La diferencia entre quedar noveno u octavo es de casi dos millones en ingresos por televisión; y de más de cinco entre ser octavo o séptimo