Osasuna se despide de la temporada con una calificación notable en su rendimiento final como equipo, y solo con unos borrones en algunos momentos del campeonato que le han impedido ahora, cuando se hace el cómputo definitivo, estar optando a algún premio mayor. Que Osasuna haya metido en su léxico de las últimas jornadas la palabra Europa -para definir la lucha por una competición continental vía Conference League- es un éxito mayúsculo, un nuevo paso en la consolidación de un proyecto, un escalón más que se sube en cuanto a crecimiento.

Osasuna se despide de la temporada con los deberes hechos hace tiempo, porque la permanencia se logró con solvencia y mucho margen y la continuidad otro año más en Primera es sinónimo de futuro en el fútbol profesional, porque los ingresos continuarán siendo los máximos gracias a la televisión, la gasolina indispensable de los clubes de la categoría principal.

Osasuna se despide de la temporada y con ello se lleva a unos cuantos futbolistas que concluyen sus andanzas como rojillos. Que se sepa, esta tarde es el último día con la camiseta roja para futbolistas históricos y de leyenda, como Oier Sanjurjo -agasajado el jueves en un acto público en El Sadar pero al que le espera hoy la honra en un partido de competición delante de los suyos-, y para otros con menos recorrido pero con su peso en los últimos tiempos, caso de Iñigo Pérez -futbolista importante para la construcción del Osasuna de Arrasate desde el terreno de juego-, o de paso circunstancial, como Jonas Ramalho. Y algunos otros que ni sabrán que hoy es su último día -queda el futuro por decidir de varios-.

La reunión de circunstancias por el lado de Osasuna confronta con la situación del Mallorca, obligado a ganar esta tarde en El Sadar para lograr la permanencia. La consideración del drama que atraviesa el conjunto balear también debería servir para dar la verdadera dimensión al logro de la salvación, reto cada temporada para una decena de equipos de la Liga que no tendría que ser minusvalorado,

Arrasate dijo ayer que había alicientes para terminar bien la temporada y ganar. Entre otras cosas, porque si los rojillos quieren defender la novena plaza deben lograr la victoria. El Valencia les rebasó ayer momentáneamente en la clasificación, se coloca con 48 puntos, a uno de los rojillos. Como el golaverage general está claramente perdido con los valencianos, el empate no sirve para conservar el noveno puesto. Ganar o nada, coinciden en el eslógan de esta tarde Osasuna y Mallorca para el encuentro. Auque el drama de los baleares no se puede comparar con la situación de lujo por la que pelean los rojillos.

A pesar de que es un encuentro especial, porque es el último y hay despedidas de por medio, Arrasate no quiso adelantar nada de sus planes y se remitió a la hora del partido para conocer a los protagonistas. La lógica y el respeto anuncian que Oier saltará al campo con el brazalete de capitán y, entonces, se podrá comenzar a hablar de una buena despedida.

l Todos listos. Arrasate ha convocado a todos los jugadores porque no tiene hombres lesionados ni sancionados.

l Despedidas. Tres son los jugadores de Osasuna que se despiden oficialmente porque así lo ha anunciado el club. Se trata de Oier, Ramalho e Íñigo Pérez. Manu Sánchez regresa al Atlético de Madrid y no se ha dado a conocer una postura sobre la situación de Barbero.

l El Valencia, por delante. El Valencia ganó ayer al Celta y, con 48 puntos, se coloca por delante de los rojillos en la clasificación. A Osasuna solo le vale ganar al Mallorca para recuperar esa posición.

l Una victoria salva al Mallorca. El equipo balear logrará la permanencia en Primera si gana, No le hace falta ninguna carambola.