El aguante es para los argentinos la capacidad de tolerar, de soportar, de resistir. Y eso fue lo que ha hecho Fabián Juric, argentino de 49 años de edad y residente en Pamplona, en los aledaños de El Sadar desde antes del amanecer para ser el primero en conseguir las entradas destinadas al público general para el histórico amistoso que el próximo domingo a partir de las 20.00 horas van a disputar Argentina y Estonia en el remozado y premiado estadio donde Osasuna juega sus partidos oficiales.

Pero, ¿qué ha hecho exactamente Fabián Juric? Nos lo cuenta él mismo en El Txoko de El Sadar con la ayuda de dos amigos, Juan Ibáñez Labari (47 años) y Nelson Brítez (54), y una amiga, Liliana Muzzupapa (49), todos ellos argentinos de nacimiento (en Chaco, Buenos Aires, Mar del Plata y Posadas), residentes en Pamplona desde hace unos 15 años de media y ya con las entradas para el encuentro del domingo en su poder. "Estuve el martes por la tarde dando una vuelta por El Sadar, después fui a cenar, dormí la siesta y vine a las doce de la noche a hacer la fila. Estuve hasta las dos de la madrugada y, como vi que no había nadie, me fui a domir un rato y volví a las seis de la mañana", cuenta Fabián, hasta que le interrumpe Juan para ratificar la historia: "¡Tiene una foto a las doce, de noche, junto al estadio!". Y remata: "Somos un grupo de cinco o seis amigos argentinos que nos reunimos siempre a comer y él hizo el aguante. Luego me llamó, vine, también vino Nelson y después nos encontramos a Liliana acá". Fue así como consiguieron las entradas, hasta un total de 14 entre los cuatro (tanto para ellos como para sus familiares), para el encuentro del domingo.

"La fila es impresionante, tanto la de los socios como la de los que no lo son", aporta sobre las colas para adquirir entradas Liliana, que añade que "para nosotros, como argentinos, es muy especial tener la posibilidad de ver a la selección de Argentina en directo viviendo en Pamplona". Y Juan va más allá: "La mayoría tenemos hijos nacidos acá, en Pamplona, y aunque tienen sus camisetas de Boca, Independiente y la selección, no tienen un vínculo tan grande como el nuestro y no toman la dimensión de que Argentina venga a El Sadar, aunque enloquecen cuando les dices que Messi, que es ídolo de todos, viene a jugar a acá".

La cuestión es que los cuatro, junto a familiares y amigos, ya tienen montado el plan para el domingo: disfrutar del partido en el estadio, animar como acostumbran a hacerlo los hinchas argentinos y después juntarse para cenar y comentar la jugada. Y es que la visita de Argentina a El Sadar va a ser histórica. "Nos sorprendió que nunca hubo un partido internacional acá", dice Juan, que en su día fue árbitro del grupo navarro de Tercera División -"debuté en la categoría sin pasar por Preferente por la lesión de un compañero", recuerda-, mientras que Liliana ensalza las virtudes del nuevo Sadar: "Es impresionante". El deseo de todos, que juegue Messi, lo verbaliza Nelson: "Ojalá lo pongan unos minutos". Y es que esta noche juega en Wembley contra Italia. La Finalissima. Un título oficial entre las campeonas de América y Europa. Y eso es mucho.