A pesar de su impresionante irrupción en el primer equipo de Osasuna en el inicio de esta extraña temporada, paralizada ahora por el Mundial de Catar, y de su debut con selección española sub-21, dice Aimar Oroz Huarte (Arazuri, 27/11/2001) que sigue siendo el mismo. Lo hace en una charla con este periódico que se produjo el pasado jueves al mediodía en Tajonar, 24 horas antes de poner rumbo a Girona junto a sus compañeros de equipo para un stage que se prolongará hasta el jueves de la próxima semana y justo después de exprimirse en el gimnasio. Admite que lo único que ha variado es que ahora le paran más por la calle, “sobre todo en Pamplona”, y también su cuerpo, pues en los últimos años ha ganado unos 10 kilos de músculo, circunstancia que asegura que “se nota” a la hora de aguantar los embates de sus rivales. El canterano, titular en nueve de los 14 partidos de Liga que ha disputado Osasuna en lo que va de campaña (se perdió dos y su primera convocatoria con la sub-21 por culpa de una lesión en el tobillo), reconoce que tiene mono de competición, pues ha pasado casi un mes desde el último partido oficial de los rojillos (el 12 de noviembre contra el Fuentes zaragozano en Copa) y quedan aún nueve días para el siguiente (el 21 de diciembre contra el Arnedo, también en el torneo del KO). Pese a que advierte que se siente “más cómodo jugando que charlando”, Aimar Oroz no esquiva ninguna de las preguntas para repasar su trayectoria y su fulgurante aterrizaje en Primera División con Osasuna, el equipo de su tierra y sus amores.

Debutó con el primer equipo de Osasuna en Córdoba, en la penúltima jornada del curso 2018-2019, el del último ascenso a Primera División. Sin embargo, antes que usted encontraron acomodo en la plantilla otros canteranos como Moncayola o Javi Martínez, ahora cedido en el Albacete. ¿Se agobió?

–La verdad es que no. Sí que puedes pensarlo algún día, pero seguí a la mío, trabajando y disfrutando de lo que me gusta. Hay que dar tiempo al tiempo. Cuando debuté era un chaval (tenía 17 años) y muchas veces querer correr más de la cuenta es malo. El año del debut, en Segunda, todavía no estaba preparado para quedarme y los cuatro años que he estado en el Promesas me han venido bien.

Se trata de un buen mensaje para los canteranos.

–Eso es. Tienen que currar, disfrutar y, si les llega el momento, que intenten aprovecharlo, pero no hay prisa.

¿Qué papel ha jugado Jagoba Arrasate en su progresión?

–Ha sido importante porque me ha hecho debutar y ha confiado en mí. Tanto él como Santi (Castillejo, técnico del Promesas) me han apoyado mucho y les estoy muy agradecido.

Debutó como titular con Osasuna en el primer partido de Liga de esta temporada, contra el Sevilla, en El Sadar y con victoria gracias a un gol suyo de penalti. ¿Fue el estreno soñado?

–Ni soñado. Estaban todos mis amigos en la grada, toda mi familia... Buah. Fue todo súper emotivo. Ya he dicho varias veces que, cuando me cambiaron, en el banquillo casi se me salía la lágrima.

Le marcó de penalti a Bono, ante quien España falló tres en la tanda de los octavos de final del Mundial...

–(Risas) Sí, se dio así, me vi con confianza para tirarlo y no pensé en nada más que en que lo iba a meter y, por suerte, así fue. Aunque en el momento te entra alguna duda, tenía claro que lo iba a tirar por el centro.

Su temporada está siendo buena en lo personal, pero también en lo colectivo, con Osasuna séptimo con 23 puntos.

–Sí, sí, como dice Braulio, igual tenemos una de las mejores plantillas este año y tenemos equipo bonito para llegar hasta donde se pueda.

¿Hasta Europa?

–(Risas) Queda mucho todavía. El primer objetivo es la permanencia y después ya veremos a lo que podemos llegar. Pelearemos por todo.

Pero es lógico que la afición este ilusionada con esta posibilidad, ¿no?

–Lo veo normal y bonito.

Antes de volver a la Liga juegan la Copa y el objetivo que se ha marcado el entrenador es traer un partido de esta competición a El Sadar cinco años después del último.

–Vamos a pelear por llegar lo más lejos posible. Aunque es una pena no poder jugar el partido contra el Arnedo en Pamplona, como se llegó a barajar, iremos allí a ganar.

Y después vuelven a la Liga con dos salidas complicadas a Donostia y Bilbao contra Real Sociedad y Athletic. ¿Dos rivales directos?

–(Risas) Conforme está ahora la clasificación, sí, pero son dos partidos muy difíciles contra dos grandísimos equipos. Van a servir para ver cómo estamos. Entrenando estamos bien y espero que en los partidos ocurra lo mismo para intentar ganar o sacar el mejor resultado posible.

¿Qué me dice de los horarios?

–El partido del 31 de diciembre contra la Real Sociedad es a las 16.15 horas y, aunque es Nochevieja, no está mal del todo, pero el del lunes 9 de enero contra el Athletic a las 21.00 horas es una putada para los aficionados. Si lo hubieran puesto en fin de semana, se habría movido más gente a Bilbao, pero va a ser complicado que haya ambiente al ser por la noche y el primer lunes después de Navidad.

También se acerca el mercado de fichajes de invierno y vuelven a salir a la palestra nombres de jugadores de Osasuna, como el de David García. ¿Cómo lo llevan en el vestuario?

–Estamos al margen de eso y lo llevamos con tranquilidad. Sí que hay algún vacile cuando sale algún rumor y eso, pero nada más. En el caso de David, como él dijo, quiere quedarse aquí y no hay nada más.

A usted ya le pasó algo similar...

–Sé que el Real Madrid se interesó por mí siendo cadete, pero me quería quedar. Estoy muy contento aquí y además en ese momento era un niño y no contemplaba la posibilidad de salir fuera de casa con 14 años. Estar lejos de tus padres, de tu familia, de tus amigos y de tu entorno tiene que ser complicado.

¿Cuál es su primer recuerdo como aficionado de Osasuna?

–Me acuerdo del partido contra el Betis en el que descendió Osasuna pese a ganar y en el que se cayó la grada. Fue la despedida de Puñal y se nos salía la lagrima. Y luego me acuerdo de la permanencia en Sabadell. No estuve, pero lo viví en casa. Fueron momentos duros, pero han servido para estar donde estamos ahora y ojalá siga así la cosa.

Tiene contrato con Osasuna hasta junio de 2026. ¿Dónde se ve dentro de cinco años, en 2027?

–Renovando aquí, no sé. Intento disfrutar cada día y ojalá siga de rojillo.

¿Y dentro de diez años? ¿Una renovación larga como la de Moncayola o probando en otro sitio?

–Eso nunca se sabe, igual una renovación de 10 años o igual llega un día que no estás jugando y tienes que salir cedido. Cualquier cosa, nunca se sabe.

Pero con Osasuna en el corazón...

–Eso siempre.

¿Qué le gustaría conseguir como rojillo?

–Ya dije que ganar una Liga. Sería difícil, pero muy bonito.

¿Lo ve factible?

–Bueno, se están haciendo las cosas bien, pero por ahí están siempre equipos que tienen mucho caché y es complicado, pero, ¿por qué no? Hay que soñar, que es gratis.

La Copa es otra opción.

–Sí, pero también es muy complicado porque un partido malo y estás fuera, aunque sería bonito.