El Valladolid cerró el mercado invernal con cuatro fichajes, Machís, Larin, Amallah y Hongla, y cuatro salidas, las de Narváez, Feddal, Guardiola y Weissman.

Por tanto, el cuadro blanquivioleta ha reforzado su faceta ofensiva, con jugadores de contrastada calidad, y también ha sumado una pieza defensiva como Hongla, cuya polivalencia le permite jugar como central, pero también como centrocampista.

Las salidas de Narváez, Feddal y Guardiola estaban prácticamente aseguradas, mientras que la de Weissman no fue tan clara y, seguramente, será la que más lamenten los aficionados del Real Valladolid, puesto que el israelí se había ganado su cariño en las tres temporadas que ha estado en la capital del Pisuerga.

Pero por encima de todos los movimientos brilla la contratación del canadiense Cyle Larin. El delantero lleva anotados dos goles en los dos encuentros que lleva con el conjunto pucelano, lo que ha contribuido a las dos victorias consecutivas del conjunto castellano. Larin es un ariete en el sentido estricto de la expresión como corresponde a un tipo de 1,88 metros de altura y 90 kilos de peso. A sus 27 años, es un futbolista con experiencia en Ligas muy variadas. Jugó en la MLS –la Liga de fútbol profesional de Estados Unidos– en las filas del Orlando City (2015-18) para ser traspasado después al Besiktas (2018-2022). En el conjunto turco, sin embargo, vivió una cesión en el Waregem durante una temporada (2019-20), y al Valladolid ha llegado procedente de otro histórico de la Liga belga, el Brujas. Larin ayudó con 19 goles a la consecución del título de la Superliga turca con el Besiktas. También ganó la Supercopa belga con el Brujas (2022). Es internacional con la selección de Canadá –ha disputado 58 partidos y ha anotado 25 goles– y ha participado en el último Mundial con el equipo norteamericano.