“No soy médico, pero tiene mala pinta”. Fue este el diagnóstico de Jagoba Arrasate, al término del partido que el sábado disputaron Osasuna y Elche en El Sadar (2-1), sobre la lesión que sufrió Darko Brasanac (Cajetina, Serbia, 12/2/1992). Y es que el centrocampista balcánico del conjunto navarro tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 38 del citado encuentro después de que uno antes su rodilla derecha se retorciera en el aterrizaje de un salto para evitar una entrada del futbolista del Elche Mascarell en la banda izquierda del ataque rojillo. La primera exploración apunta a que el serbio sufre una grave lesión, tal vez la rotura del cruzado, aunque para conocer el alcance exacto del percance habrá que esperar hasta el martes, que es cuando está previsto que al jugador le realicen pruebas.

Si en el seno del club se mostraban el sábado pesimistas con este asunto y fueron multitud los mensajes de ánimo que recibió Darko, tanto de sus compañeros como de la propia entidad a través de su perfil oficial de Twitter, no hubo cambios en este sentido durante la jornada de ayer, a la espera todavía del resultado de las pruebas, aunque con el temor cada vez más fundado de que el serbio sufra una lesión de gravedad.

Se trata de una baja sensible para Osasuna, sobre todo en un tramo de temporada en el que el conjunto navarro va a afrontar un apretado calendario antes de la final de Copa, con cinco compromisos ligueros antes de la cita del 6 de mayo en La Cartuja contra el Real Madrid.

“No dejamos tirado a nadie”

La lesión le llega a Darko en un momento complicado, pues su contrato con Osasuna expira al final del presente ejercicio y queda por resolver su continuidad o no en el club, asunto aún sin decidir. En cualquier caso, en la entidad van a esperar a los resultados de las pruebas que le van a realizar al serbio el martes, aunque matizando que “en Osasuna no dejamos tirado a nadie”, una frase que invita a pensar en una renovación como ya ocurrió con otros jugadores lesionados de gravedad en el pasado.