Osasuna ya ha colocado la fecha de este sábado junto a la de la final de 2005 como uno de sus días para la historia. Esto no se lo quita nadie, como tampoco la excitación que acompaña al partido de esta noche frente al Real Madrid. Con otro temple no se puede afrontar el reto mayúsculo de tumbar al mejor equipo del mundo y eso se debe plasmar en el campo para un final feliz. Jagoba Arrasate y sus hombres están obligados a darle la vuelta a los pronósticos, a la estadística, a la calidad del oponente, a echarle un pulso al favoritismo, al peso del presupuesto, a la experiencia del rival, a borrar las distancias, el respeto, la impresión, a soñar con una gesta, con una noche para siempre, imborrable. Mucho trabajo, mucha emoción, por todas partes.

Osasuna afronta en 18 años la segunda final de su historia centenaria y la distancia temporal entre una y otra no hace sino certificar tanto lo inusitado de la cita como la dificultad del asalto a la disputa de un título en el fútbol moderno. Ya se sabe que la tradición de las competiciones certifica que son terrenos acotados para los clubes grandes y por eso la presencia de los rojillos frente al Real Madrid para discutirle la Copa no deja de ser una auténtica sorpresa que no debe colocarse en segundo plano. Aunque en este día de la ilusión también se tiene que recordar aquello de que el fútbol alimenta su fama y multiplica su afición como deporte mundial cuando cruje la pasarela cuando la cruzan los gigantes y resbalan ante los pequeños. Eso busca Osasuna.

Arrasate ha venido cuidando a su plantilla desde que hace un mes se cerró la clasificación para la final. Ha habido un tratamiento especial del grupo en el que se ha liberado de actividad excesiva a los futbolistas con más carga física, se ha tratado las lesiones a otros y se ha buscado sostener el estado de forma general en el camino hacia el once ideal para la final.

Braulio y Cata charlan con los lesionados Nacho y Darko y con Roberto Torres

Braulio y Cata charlan con los lesionados Nacho y Darko y con Roberto Torres Javi Gómez

No hay evidencias del once titular, pero sí los indicios derivados de las alineaciones previas. Sergio Herrera estará en la portería y la defensa con más opciones parece la formada por Rubén Peña, Aridane, David García y Juan Cruz; tampoco ofrece dudas que Lucas Torró, Moncayola y Moi Gómez serán los hombres fuertes del centro del campo, como tampoco que Abde será el argumento ofensivo más cierto. Los dos puestos restantes sí dejan más terreno para el debate. Dependiendo del perfil que quiera Arrasate para el hombre de referencia en el ataque, dependerá la ubicación del Chimy, o como 9 o en la banda derecha. Budimir y Kike Barja entran en el juego de las alternativas. Ya lo dijo el técnico rojillo: este es un partido para más de once.

Ancelotti tiene más preocupaciones que la Copa, porque el Manchester City le espera en la Champions en unos días, pero también dispone de una plantilla larga y con mucho talento como para colocar delante un equipo de máximo nivel. Todo el mundo sabe que espera un trabajo colosal.