A Jesús Areso no le cuesta mucho esfuerzo ensalzar las virtudes de Cascante, su localidad natal. Y lo hace de manera muy gráfica: “Muchos amigos que tengo en otros pueblos me preguntan por qué en vacaciones no me voy a Ibiza u otro sitio. Pero yo prefiero Cascante. Soy muy de pueblo, de sentarme en el bar, de jugar una partida de mus, de charlar con mis amigos, de irme a las piscinas municipales y, por la noche, salir a tomar la fresca. Soy muy de casa, desconecto y me aíslo mucho del tema fútbol y mi lugar de confort es Cascante. Tengo esa suerte que no todo el mundo tiene”.

La explicación no deja lugar a la duda. No hay resquicios. La prueba, su contestación a la pregunta de si no le dan la tabarra por las calles de Cascante por eso de ser un futbolista profesional: “No, porque soy uno más, paso mucho tiempo allí y están acostumbrados a verme. Casi paso desapercibido porque estoy más en Cascante que alguno que vive allí”.

Tampoco le falta en su localidad natal el asesoramiento y la amistad de un paisano, Kike Sola, que jugó en el primer equipo de Osasuna (2006-2009 y 2010-2013) y en el del Athletic (2013-2016 y 2017-2018): “Tengo muy buena relación con él. Hace poco coincidimos en fiestas de Cascante, me escribo mucho con él y me suele llamar. Me dice que tenga cabeza. Él ya ha vivido todo esto y es, por así decirlo, un perro viejo. Me da unos consejos muy buenos porque puede haber momentos en los que, al ser un chaval joven, me equivoco, pero entonces él me da en el hombro y me dice que tenga cuidado con esto y con lo otro. En este sentido soy un privilegiado”.

También saca pecho Areso del festival de música Estaciones Sonoras que se celebra en Cascante. Con anécdota incluida: “Tengo algún amigo que está metido en la organización y he hecho amistad con gente del grupo La MODA, que suele venir a tocar y es de Burgos, donde he estado cedido”. Y tampoco se olvida de la gastronomía. “Tenemos mil cosas”, dice. Destaca “la chuleta”, pero también “el vino de la Ribera y su huerta”.