Fue alabada la contratación de Moi Gómez –29 años– la temporada pasada como un golpe de efecto que hizo crecer la calidad de Osasuna, porque la llegada del futbolista procedente del Villlarreal se entendió como una jugada maestra -y rápida- de los técnicos rojillos al adelantarse a todo el mundo con un fichaje de un jugador de nivel, al que se le encajaba en otras plantillas con más rango.

Año y medio después, los cincuenta partidos oficiales que cumplió ante la Real Sociedad con la camiseta roja hablan de un futbolista con mucho protagonismo en las decisiones del entrenador. Moi jugó la pasada temporada un total de 38 encuentros –33 de Liga y cinco de Copa, entre ellos la final de La Cartuja–. De ellos como titular fueron 32. En esta campaña, el centrocampista alicantino lleva 12 partidos –diez de Liga y los dos de la eliminatoria de la Liga Conferencia ante el Brujas–, once de ellos como titular. 

El centrocampista suma además dos goles, con lo que se pone a uno del registro del año pasado. No ha defraudado tampoco en su facilidad para jugar en todos los puestos del centro del campo, por dentro y por fuera, lo que también supone tener un pasaporte mejor para salir de titular.

También se puede unir como hecho coincidente que las mejores actuaciones del futbolista han sido en los mejores partidos del equipo en estas dos temporadas, un hecho lleva al otro o se alimentan mutuamente.

La presencia de Moi Gómez, además, se ha visto mejorada con la conexión con Aimar Oroz. El dúo de galácticos es capaz de multiplicar las posibilidades del equipo cuando hay margen para el brillo y libertad para la creación sin penurias.

Moi Gómez fue fichado por Osasuna en julio de 2022 por 1.800.000 euros y firmó un contrato de cinco años, hasta la temporada 2026-2027. Dentro del contrato se incluyó una cláusula por la que el club rojillo debe abonar 100.000 euros más por cada temporada, de las cinco que se han acordado, que el club navarro esté en Primera División. Además, se incluyeron más variables en caso de que Osasuna alcance competiciones europeas –como la Liga Conferencia de este curso– y el Villarreal se queda con un 20% de los derechos del jugador en sí se da de una futura venta. Su cláusula de rescisión en Primera es de veinte millones de euros.