La llegada del 2024 ha supuesto un importante paso al frente del Deportivo Alavés a domicilio. Cuatro son las veces que han actuado los albiazules como visitantes en Liga a lo largo de enero y febrero y su balance ha sido de dos victorias y otros dos empates, lo que les ha permitido abrir brecha con los puestos de descenso. Además, son los únicos, junto al Real Madrid y el Barcelona, que no conocen la derrota lejos de su feudo en este nuevo año.

Esta buena racha, sin embargo, podría estar en peligro el próximo lunes (21.00 horas) en El Sadar, pues al Glorioso le tocará verse las caras con quien ha sido su criptonita en los últimos años: Jagoba Arrasate. Desde que el técnico vizcaíno entrena a Osasuna, los gasteiztarras han sido incapaces de superar a los navarros y el cómputo de resultados ha resultado muy negativo, con seis derrotas y un solo empate –en la temporada 2020-21–.

Hace unos meses, sin ir más lejos, los rojillos ya fueron capaces de vencer al Alavés, y encima en Mendizorroza. Pese a que los babazorros dieron la cara y, con algo más de acierto de cara a portería, podrían haber obtenido algún premio, la realidad es que el desenlace de la contienda fue de 0-2, marcado tanto por los goles de José Arnaiz y Ante Budimir como por la expulsión, bastante rigurosa, de Antonio Blanco poco después de iniciar la segunda mitad.

Aquel día, primero de octubre, Arrasate le ganó la partida a Luis García Plaza, y años antes hizo lo propio con Asier Garitano –en sus dos duelos (2020-21)–, Abelardo Fernández (2020-21), Javi Calleja (2021-22) y Julio Velázquez (2021-22). Solo Pablo Machín, en la primera vuelta del curso 2020-21, fue capaz de arrebatarle dos puntos al actual entrenador de Osasuna, y mucho influyó en ello el mal momento por el que pasaban los navarros.

Aunque, según ha repetido Braulio Vázquez –director deportivo– en varias ocasiones, el puesto del técnico vizcaíno nunca estuvo en peligro, la escuadra rojilla ocupaba entonces la penúltima posición y llegaría a encadenar doce jornadas sin ganar. Una paupérrima dinámica que aprovechó el preparador soriano para, por medio de un gol de Lucas Pérez de penalti, arañar un empate en El Sadar, donde, como curiosidad, ambos clubes se dieron cita en Nochevieja

La mala racha contra Osasuna, eso sí, no la comenzó Arrasate, sino su predecesor Petar Vasiljević, quien, aun siendo incapaz de evitar el descenso de Primera División, asaltó Mendizorroza gracias a un derechazo de Álex Berenguer. Meses antes, por cierto, se produjo el último triunfo del Alavés ante los navarros: fue a domicilio, con Mauricio Pellegrino al frente y como resultado de una pena máxima transformada por Christian Santos (2016-17). 

EN EL BANQUILLO DEL NUMANCIA

Es digno de mención, sin embargo, que no todos los encuentros entre el Glorioso y Jagoba Arrasate han sido negativos, más bien todo lo contrario. Cuando entrenaba al Numancia, el de Berriatúa tuvo que enfrentarse al conjunto babazorro en tres ocasiones y, en todas ellas, la balanza se decantó en su contra. Esto último ocurrió a lo largo de la temporada 2015-16, momento en el que José Bordalás llevaba las riendas del banquillo albiazul. 

Una de esas dos victorias, además, es difícil de olvidar por parte del Alavés. El 29 de mayo del 2016, días después de conquistar heroicamente Lasesarre, los gasteiztarras recibieron a los sorianos en Mendizorroza y, gracias a un gol de Manu García y otro de Raúl García (2-0), certificaron su ascenso a la máxima categoría. Hasta ese momento, los del Paseo de Cervantes habían estado diez temporadas alejados de la élite, con paso por Segunda B incluido.