Paquito García en Osasuna | "Después de las flores llegan las macetas"

Paquito llegaba a Tajonar en un Opel Kadett del que sacaba a duras penas su corpachón en el que no le cabía su corazón gigante ni su humanidad colosal. “Las goteras van por dentro”, respondía cuando se le recordaba su buen aspecto pese a las numerosas batallas encima, porque Paquito fue medio centro en los años 50 y 60, en campos en donde había de todo menos césped, y como su talla entonces podía competir con la de cualquier tallo alemán, con semejante armadura fue futbolista también para pugnas y peleas.

Paquito estuvo una temporada en Osasunaen unos tiempos convulsos del club –se había descendido tras años de gloria en Primera y había urgencia por regresar a la máxima categoría–, sin tranquilidad institucional ni proyecto deportivo bien gobernado y, tras llegar a Pamplona con dos ascensos consecutivos a Primera a sus espaldas con Racing y Rayo, las cosas no le salieron y fue condenado a una salida gris por parte de las dirigentes del club. La ciencia de Paquito no cuajó en Osasuna pese a tener bagaje en un montón de clubes y sabiduría para moverse en el fútbol como correspondía a cada momento. Eso sí, no tembló a la hora de echar mano de los chavales y de utilizar la cantera, porque en su plantilla había casi niños como López Vallejo (20 años), Aitor Fresán (19), Txomin Nagore (21), Santi Castillejo (24), Mari Lacruz (17), Kike Enériz (23), César Palacios (21), Yanguas (23) o Josetxo (18).

Se enamoró del Osasuna de Alzate y del fútbol arrebatador que capitaneaba la histórica delantera que componían Echeverria, Iriguibel y Martín –los indios– y como el club rojillo había sido para él un estilo y un reto, sintió mucho el feo año deportivo que le tocó vivir en Tajonar. Los discretos resultados nunca pudieron con su afabilidad y personalidad entrañable que se enredaban en su aspecto de yayo adorable, listo para contar una batallita o hilar una buena charla. Osasuna terminó en décima posición y la ansiedad por regresar a Primera iba a dejar víctimas por el camino.

Hombre de fútbol, además de los banquillos y del césped tocó un montón de facetas en la que la abnegación y la responsabilidad le llevó a sufrir malos tragos, como sentarse en el banquillo de algunos equipos que andaban desahuciados y donde se escurría el mal trago a esas personas de club intachables, rectas y honradas. Oviedo y Valencia expresaron ayer su pesar por el fallecimiento del exjugador y extrenador. Osasuna también se sumó al recuerdo de su técnico. “El Club Atlético Osasuna lamenta el fallecimiento del exentrenador rojillo Paquito y quiere trasladar su más sentido pésame a familiares y amigos. Descanse en paz. Goian bego”.

“Hay que tener cuidado porque después de las flores vienen las macetas”, decía con sorna cuando los halagos hacían acto de presencia en el fútbol. El gran Paquito, apariencia de gladiador cansado y mirada pilla, falleció ayer en Valencia a los 86 años. No hay flores suficientes para lanzarle.