Osasuna se pone a prueba en el Sánchez Pizjuán ante un Sevilla al que le está costando escalar posiciones en la clasificación después de un inicio de temporada con problemas, dudas, relevo en el banquillo y con evidencias de la bajada en el nivel del plantel. El equipo de Vicente Moreno tiene sin embargo por delante un examen de personalidad, porque el estadio sevillista es de los que aprietan y agobia, y también de su proyección en la Liga como grupo. Los rojillos están completando una buena temporada y afrontan uno de estos encuentros en los que se pueden definir las pretensiones para el curso. Todo lo que sea optar a más allá que la permanencia es sinónimo de notable y en partidos ante rivales de nivel es donde quizás se plasme si hay mimbres o no para ello.
Osasuna llega con 22 puntos, con mucho trabajo adelantado sobre el curso pasado respecto al logro de la misma puntuación y metido en la zona alta de la clasificación, codo con codo con los mejores equipos del campeonato. Con catorce partidos a sus espaldas, más que de un satisfactorio comienzo se debe hablar de su ejemplificación como uno de los equipos sólidos del torneo.
Vicente Moreno cuenta con la baja por acumulación de amonestaciones de Lucas Torró. La ausencia del medio alicantino es importante porque se trata de un futbolista de peso en el esquema que, después de un inicio de Liga gris, ha tenido una progresión importante hasta consolidarse como uno de los mejores del grupo. El relevo de Iker Muñoz –adelantado por el entrenador– no es asunto menor. El futbolista navarro se ha visto desplazado de la rutina de las alineaciones por una lesión y su obligatorio y largo restablecimiento de un par de meses, pero el centrocampista de Villafranca es un jugador con calidad, que va a aumentar las posibilidades con la pelota del equipo. Salvo esa variante obligada en la alineación, no se esperan muchas más en el once titular. Osasuna hizo un partido serio, con sus lógicas dificultades, frente al Villarreal y la victoria se quedó en empate por un gol de penalti en el descuento. Además de en la solidez defensiva, el equipo de Vicente Moreno va a depender mucho del rendimiento en ataque de sus tres hombres con estrella. Los goles de Budimir y el juego desequilibrante de Bryan y Aimar Oroz son bazas con mucho peso frente a cualquier rival.
El Sevilla está separado por cinco puntos tanto de las plazas por Europa como de las de descenso, y tiene incógnita de si será capaz de escalar posiciones para ilusionar a una afición que no está muy contenta por las bajas prestaciones del equipo. El conjunto andaluz no tiene un hombre de referencia en su juego –ya sea como goleador, como organizador– y funciona a base de los tirones o momentos de lucidez de hombres como Lukebakio o Isaac Romero, de los jugadores más activos en el ataque. El Sevilla tiene mucho de incógnita.
LOS DATOS
Torró, única baja. El sancionado Lucas Torró es la única baja de Osasuna para el encuentro de esta noche. Iker Muñoz le suplirá en el once.
Iker Muñoz vuelve. El canterano solo ha disputado como titular un encuentro, el primero de Liga ante el Leganés. La temporada pasada jugó 29 encuentros en todas las competiciones, 21 de ellos como titular.
Un descarte. Con Torró sancionado, el técnico rojillo tendrá que realizar un descarte, ya que el otro descartado será el tercer portero.
El primero de tres. El partido de Liga en el Sánchez Pizjuán es el primero de una semana con tres compromisos, ya que el jueves hay Copa en Ceuta y el domingo de nuevo Liga en El Sadar contra el Alavés.
Sus bajas. Nianzou y Ejuke están lesionados, mientras que el meta Nyland ha vuelto a los entrenamientos, pero no está en condiciones de regresar a la convocatoria.
LA CIFRA
26 convocados: Osasuna se va a Sevilla con todos los componentes del primer equipo y el meta del filial Stamatakis. Los rojillos afrontarán con estos hombres además del partido de Liga de esta noche, el de Copa del jueves.