Durante esta temporada la trayectoria de Osasuna se ha ido dividiendo entre los partidos de casa y los de fuera. Entre los buenos y los malos. Pero eso ya es pasado desde que comenzó el 2025 apenas hay de los primeros, ya sea en El Sadar o donde toque. Osasuna volvió a pecar de falta de ambición en un partido y vio volar dos puntos otra vez. Los rojillos tienen pinta de que se van a salvar fácil, pero también que se va a arrepentir a final de temporada de muchos partidos. Y como saque la calculadora a lo mejor se los arranca del tirón.
En una temporada en la que el clasificarse para Europa está más factible que nunca, Osasuna está renunciando a ello por incomparecencia. Para darle más amargura a todo, da la impresión de que se está tirando a la basura la explosión de un Aimar Oroz que contra el Valencia se tradujo en dos goles. Si el de Arazuri sigue con este crecimiento, lo sazona con números ofensivos y el equipo no le acompaña que nadie se eche las manos a la cabeza en futuros mercados. No se pueden cometer los dos errores de la primera mitad, especialmente el de Catena que abrió el marcador, que solo se puede definir como grosero mientras Herrando lo veía todo desde el banquillo, lugar al que fue relegado no por su mal hacer cuando le toca jugar. Alguien en algún momento tendrá que explicarlo más allá de darle mimos ante los medios.
Tampoco se pudo saborear que Budimir pasase a la historia como máximo goleador de Osasuna en Primera. Un hito, y más en los tiempos que corren, que fue eclipsado ya que el equipo se hundió en su área durante la segunda mitad hasta que Sadiq empató el partido con un golazo.
Historia repetida. Y varias veces. Hay un proverbio que dice que “si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos, es mía”. Así pues, esperemos que a nadie en Osasuna le asalten las ganas de intentar justificar lo injustificable y que se hayan aprendido que las cortinas de humo no hacen mejorar el rendimiento. Parece raro, pero Osasuna aún tiene opciones europeas, pero claro, si cada vez que el equipo se ponga por delante le van a temblar las piernas, la cosa está imposible. Ah! Y Areso y Aimar salieron tocados. Los más importantes sobrecargados tras jugar casi toda la temporada. Quién lo hubiese imaginado.