Osasuna afrontaba el encuentro de Villarreal como la entrada en una nueva dimensión con la bandera de un mensaje ambicioso por parte de la plantilla y del entrenador. Hay que partir de la base que los rojillos tienen una oportunidad única por delante para poder meterse en Europa en una de las temporadas más extrañas que se recuerdan. Tanto como lo de colocar a Unai y a Moi, del tirón, en el once. Esperar que un jugador, por mucha trayectoria que tienen ambos, va a rendir sin apenas oportunidades ni ritmo es extraño e injusto.
Y duele especialmente con el capitán rojillo, que se ha pegado una temporada ayudando en la sombra sin contar con más de diez minutos, y le metes un marrón de proporciones considerables en mayo. Hizo bien el entrenador en asumir responsabilidades. A los rojillos no se les puede achacar la pelea, sin duda. Pero a veces dio la impresión de que peleaban contra sí mismos.
Las ventajas que ganaban en un lado las perdían en el otro...y se perdieron más que las que se ganaron. Especialmente en una primera mitad en la que Osasuna entró en la trampa del Villarreal desde el minuto uno cuando Ayoze aprovechó la indolencia defensiva navarra para abrir el marcador.
Con 3-0 el vestuario rojillo tuvo que ser un mar de arengas. Y funcionaron, ojo. Por lo menos se compitió. Pero volvieron los errores defensivos y fue imposible realmente pelear por el partido en ningún momento de él. Más allá de la neblina provocada por los dos goles rojillos, el partido de Osasuna no tuvo mucho más allá de la lucha, que es algo que es, o debería de ser, intrínseco a la camiseta rojilla.
Osasuna tiene una pelea importante por entrar en Europa con un calendario bastante terrible y con cada vez más candidatos para pelearse por una plaza que a los rojillos, no nos engañemos, se le ha complicado en la racha de 18 partidos sin ganar, no en Villarreal.
Pero aún hay pelea y en tierras castellonenses el equipo demostró que de eso sabe un rato. Eso sí, hay que tener claro que si Osasuna quiere ir a Europa o, por lo menos, intentarlo, debe de ser mucho más sólido en defensa. Sino será pelear contra sombras. Las propias, para ser más exactos.