El Celta, próximo rival de Osasuna, y su récord histórico
Ha empatado a 1 en siete de los nueve partidos | Cinco de ellos se han producido consecutivamente en las últimas cinco semanas
El Celta de Vigo, próximo rival de Osasuna, ha protagonizado uno de los inicios más insólitos de la historia reciente de LaLiga. El conjunto celeste acumula siete empates por 1-1 en las nueve primeras jornadas del campeonato, una cifra inédita que ya ha sido reconocida como récord histórico en el fútbol español moderno.
El equipo dirigido por Claudio Giráldez ha convertido el 1-1 en su resultado más repetido y, al mismo tiempo, en su seña de identidad. En cinco de esos encuentros, además, el Celta ha encadenado consecutivamente el mismo marcador, igualando una de las rachas más curiosas de la historia de LaLiga.
Este patrón refleja un equilibrio constante entre la capacidad de reacción del equipo y su dificultad para cerrar los partidos. En la mayoría de los encuentros, los vigueses se han adelantado en el marcador, pero han visto cómo el rival acababa empatando en los minutos finales.
A pesar de sumar puntos con frecuencia, el balance global deja al Celta en una situación comprometida. Siete empates y solo dos partidos con resultado distinto (que encima son derrota) suponen una cosecha insuficiente para un club con aspiraciones de estabilidad en Primera División. Y más cuando se le junta con Europa League, otra 'distracción'.
En varios encuentros, el conjunto vigués se adelantó pronto, pero terminó cediendo terreno, como ocurrió ante el Atlético de Madrid, el Betis o el Alavés.
Contexto histórico
De acuerdo con los registros de LaLiga, solo dos equipos en toda la historia habían logrado encadenar cinco empates consecutivos con idéntico marcador de 1-1 antes del Celta. Con esta nueva serie, el club gallego iguala esa marca y se convierte en el tercer equipo que lo consigue.
Aunque el dato puede parecer anecdótico, tiene una doble lectura: por un lado, demuestra la competitividad del equipo, capaz de puntuar de forma constante; por otro, revela una preocupante falta de capacidad para transformar esos empates en triunfos.
El Celta suma únicamente siete puntos en nueve jornadas, lo que lo mantiene en la parte baja de la tabla. En un campeonato tan ajustado, la ausencia de victorias puede tener consecuencias serias si la dinámica no cambia pronto.
Desde el club se insiste en que el rendimiento del equipo es bueno en juego, pero no en resultados, mientras que la afición muestra una mezcla de resignación e incredulidad ante una sucesión de marcadores que ya ha pasado a la historia.
Un reto inmediato: El Sadar
Romper la inercia del 1-1 es ahora el gran objetivo. Para ello, Giráldez busca mejorar la definición en ataque y reforzar la concentración defensiva en los tramos finales. El técnico mantiene la confianza en su plantilla, pero es consciente de que los empates, aunque suman, no bastan para despegar en la clasificación. Por ello el siguiente partido, en El Sadar, adquiere una importancia fundamental para el equipo celtista. Cualquier resultado que no fuese una victoria sumiría a los gallegos en un mar de dudas.
