A Osasuna le salvó este pasado sábado en Palma la estrategia, pues los rojillos nivelaron en apenas 10 minutos un 2-0 adverso contra el Mallorca de Jagoba Arrasate. Lo hicieron al atinar en sus dos únicos remates entre palos en sendas acciones a balón parado de muy diferente ejecución. Los futbolistas del conjunto navarro doblaron de esta forma su cosecha a domicilio, pues sumaron su segundo punto liguero lejos de El Sadar, de 24 posibles, y también multiplicaron por dos su producción ofensiva, ya que marcaron en Son Moix el doble de goles del que habían hecho en sus siete anteriores compromisos como visitantes.
Hasta antes de visitar este pasado sábado al Mallorca, Osasuna sólo había sido capaz de puntuar fuera en el campo del Oviedo, un Carlos Tartiere donde conquistó un trabajado empate sin goles, mientras que su producción anotadora lejos de El Sadar se reducía a un gol en siete partidos, el que marcó Ante Budimir de penalti contra el Villarreal en un partido en el que al conjunto navarro, con uno menos durante más de medio partido por expulsion de Valentin Rosier, le terminaron remontando (2-1).
Rubén y Raúl evitan la barrera
El gol que despertó las esperanzas rojillas en Palma, el 2-1, llevó la firma de Raúl García de Haro, que batió al gigantón meta sueco del Mallorca, Lucas Bergström, de 2,05 metros de altura, con un derechazo desde fuera del área. El atacante de Osasuna anotó su segundo tanto en lo que va de Liga (en Copa le hizo tres al Sant Jordi mallorquín, también en Palma) aprovechando una jugada de estrategia perfectamente ejecutada. Y es que su gol nació de una falta de Samu Costa a Rubén García, que, para eludir al futbolista del Mallorca que se había tumbado detrás de la barrera, prefirió asistir a su compañero con un sutil toque hacia atrás pisando la pelota, en vez de realizar un lanzamiento directo o un centro al área. De lo demás se encargó Raúl García de Haro, al que le salió un preciso disparo ajustado al palo con la pierna derecha. Sin la oposición de la barrera, el cancerbero local ni se movió y se tuvo que conformar con seguir con la mirada la trayectoria del balón hasta el interior de su portería.
Un saque de banda para el 2-2
Si la pizarra resultó fundamental para el 2-1, también tuvo su importancia en el 2-2 definitivo, obra de Boyomo y que nació de un saque de banda en el costado izquierdo del ataque rojillo. Corría el minuto 92 y los centrales de Osasuna habían subido al remate. Juan Cruz puso el balón en el área con un potente envío con sus manos, pero la defensa del Mallorca despejó el balón, que volvió a los pies del lateral rojillo, que insistió con un centro, aunque en esta ocasión con el pie. Lucas Torró peinó la pelota y Boyomo, defendido por el exrojillo Mojica, hizo el 2-2 con una maniobra a la media vuelta más propia de un delantero que de un defensor. Pese a que el asistente levantó el banderín para señalar fuera de juego del francocamerunés, al árbitro, Jesús Gil Manzano, del Comité extremeño, le informaron desde el VAR, con el madrileño Carlos del Cerro Grande al frente, de que el futbolista del cuadro navarro había anotado en posición correcta, por lo que el tanto subió al marcador. Así se fraguó la reacción de Osasuna. Desde la estrategia.