pamplona. Tras encargarse de gestionar el área de Cultura la pasada legislatura, Paz Prieto se ocupa ahora de Juventud y Deportes. Sobre el fracaso de la Candidatura de Pamplona 2016, reconoce que la comunicación con los ciudadanos "pudo fallar" y considera que el "discreto" presupuesto del proyecto tuvo que ver en el resultado final. En lo que respecta a su responsabilidad actual, justifica las aportaciones a la Vuelta Ciclista a España o la Fundación Osasuna y subraya la labor en el área de Juventud.

Las dos mayores subvenciones aprobadas en el pleno del pasado viernes iban destinadas a la Vuelta a España y la Fundación Osasuna. ¿Cree que en una situación como la actual el ciudadano de a pie entiende esto?

Hay que tener en cuenta, por un lado, que la salida de la Vuelta a España es un acontecimiento excepcional y, aunque la situación financiera es complicada, hay que atender a un evento que es muy importante y que va a hacer que en el resto de España y parte de Europa y el mundo se vea nuestra ciudad. En cuanto a Osasuna, está más de moda por otros líos fiscales que tiene, como otros muchos equipos, pero el papel que hace la Fundación es muy importante, trabajando con las escuelas de fútbol y con los niños desde muy temprana edad, e inculcando valores muy importantes al margen de lo deportivo como son el esfuerzo o el trabajo en equipo. Además, tener un equipo en Primera significa mucho para Pamplona y Navarra.

Enrique Maya indicó en campaña que a la ciudad le podía faltar "un punto de apoyo a la gente joven". Como edil de Juventud y Deporte, ¿ve al Ayuntamiento cerca de los jóvenes?

Bueno, por citar un ejemplo, creo que el trabajo que realiza la Casa de la Juventud es importantísimo y las cifras de ocupación y utilización son muy buenas. Es un civivox especializado en la juventud y se hace una labor que sirve de ejemplo en otras ciudades, es pionera. Además, al margen del ocio, hay asesorías jurídicas o laborales utilizadísimas, con más de 300 consultas gratuitas al año. ¿Que igual hay muchos jóvenes que no la conocen? Es el problema de siempre, que a veces la información llega a quien le interesa que llegue. Otra cosa serían las competencias municipales en empleo juvenil, muy limitadas. Eso sí, tenemos una convocatoria importante para jóvenes emprendedores que creo que es un gran apoyo y que da sus frutos con negocios de todo tipo.

¿Existe algún dato sobre el porcentaje de jóvenes en paro en la ciudad?

No lo sabría decir, pero sé que el dato de Navarra es mucho más bajo que el del resto de España, donde está en el 50%, aquí puede ser la mitad.

¿Cómo ve a los jóvenes?

Veo una juventud preocupada por los tiempos que les están tocando vivir y al mismo tiempo solidaria y con la mente muy abierta a moverse fuera de nuestras fronteras. Mi hija empieza el curso que viene la carrera y le veo con ilusión, aunque veo también que tiene un futuro incierto. Hemos vivido mejor que nuestros padres, pero me temo que nuestros hijos no vivirán tan bien como nosotros.

¿Entiende a los 'indignados' o a quienes, al margen de esta etiqueta, protestan ante la situación actual?

En la teoría puedo entender a los indignados, pero en la práctica creo que lo hicieron fatal y se les fue de las manos. En un momento dado puedes entender que la gente salga a la calle, aunque relativamente, porque no entiendo esa toma de la calle, no la veo muy aceptable, todos podríamos estar indignados.

La pasada legislatura le tocó dirigir el área de Cultura y gestionar la candidatura de Pamplona 2016 a Capital Europea de la Cultura, eliminada en el primer corte. ¿Se gestionó adecuadamente aquella candidatura? ¿Se creyó en el proyecto?

Era un proyecto que, como se sabe, era heredado de la legislatura anterior, aunque con esto no quiero decir nada, y nosotros recogimos el guante gustosamente siendo un equipo nuevo. Desde el principio tuvimos claro que no íbamos a tirar la casa por la ventana en un proyecto importante, aunque muy difícil, por la cantidad de ciudades candidatas. Era 2007, pero se empezaba a atisbar la crisis y quisimos optimizar los recursos. Queríamos que nuestro trabajo sentase las bases de una labor a futuro, con cuestiones como el Plan Estratégico de Cultura, aunque luego ha seguido otros derroteros... Fue un trabajo muy interesante de cara al contacto directo con los agentes culturales, aunque quizá falló la comunicación directa con los ciudadanos. Sin embargo, todo está muy relacionado con el presupuesto, discreto pero aprovechado.

¿Se alegró de que Donostia-San Sebastián fuese la elegida?

Ni me alegré, ni me dejé de alegrar, puesto que iba a ser una ciudad española la ganadora. Me gustaba mucho el proyecto de Burgos, y también los de Málaga o Zaragoza. De San Sebastián no me gustó cómo utilizó el tema del terrorismo y la paz en su presentación. Cada uno es muy libre de utilizar los recursos que le parezca y en este caso llevaron a una viuda de una víctima de ETA. El jurado dijo que les había emocionado; yo les habría emocionado si hubiesen querido, pero creo que lo que se estaba defendiendo era otro tipo de proyecto. Por otro lado, llamaba la atención desde la primera fase que de 15 ciudades candidatas, siendo 8 del PP o UPN y 7 del PSOE, fueran seleccionadas una del PP y cinco del PSOE, creo que no fue casualidad.

Tras el comunicado de ETA del 20 de octubre se mostró muy crítica y habló de "humillación impresionante". Seis meses después, ¿se ratifica?

Sí, aquellas declaraciones tuvieron lugar en el momento álgido del comunicado y, sin haberlo leído, dije que no me gustaba por lo que había oído. De ETA solo quiero escuchar que se disuelve y que deja las armas, pero, ¿por qué tengo que creerles si nunca han hecho lo que decían? Creo que lo que dijeron lo hicieron por conveniencia, para poner a sus peones en la política. Hay más de 400 asesinatos sin esclarecer y ni han entregado las armas, ni han pedido perdón. Para tener más credibilidad podrían empezar por decirnos quiénes son los autores de esos asesinatos. Mi madre, una mujer excepcional que perdonó a los asesinos de mi padre desde el primer momento, murió hace tres años y casi me alegro de que no haya visto cómo han evolucionada las cosas.